En los últimos meses, la factura de la luz se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza tanto para los inquilinos como para los propietarios. Un problema que está directamente relacionado con la subida de precios que ha tenido este servicio como por lo complicado que resulta entender nuestra factura para la luz. De hecho, las estadísticas apuntan a que más del 90% de los ciudadanos no saben interpretar estas facturas.
Para ayudarte en este cometido vamos a explicarte cómo entender la factura de la luz, empleando para ello un método sencillo y paso a paso. Con él tendrás la oportunidad de conocer los costes con más detalle, evaluar opciones de ahorro e incluso aplicar adecuadamente cada coste a cada parte, inquilino o propietario, según corresponda.
Información básica de la factura y el servicio contratado
Lo primero que debemos saber es que el formato de la factura de la luz varía en función de la compañía con la que tenemos contratado el servicio. No obstante, en todas ellas deben aparecer una serie de datos básicos. Entre ellos tenemos los siguientes, que figuran dentro de la sección de datos del contrato, situada generalmente en la primera página del documento.
- Nombre del titular y dirección del suministro: Si tenemos varias propiedades, esta dirección sirve para saber a qué vivienda corresponde la factura.
- Potencia contratada: la potencia disponible como máximo y que indica cuántos aparatos podrán conectarse a la red sin que salte la instalación. Hablaremos de ella más adelante.
- Tipo de contrato: Este puede ser de PVPC, generalmente la opción más barata, o bien de cualquier otro tipo, que pertenece a mercado libre y tiene unas condiciones concretas según lo contratado.
- Fecha de renovación: la fecha en que vence dicho contrato y que debemos saber si queremos cambiar de tarifa, pues algunas de mercado libre tienen permanencia.
Además de estos datos también encontraremos un gráfico de consumo histórico, que nos ayuda a saber si gastamos más o menos que el año pasado. Eso sí, este se mueve con el clima, por lo que los consumos de verano e invierno siempre son mayores que durante el resto del año. Por tanto, debemos comparar cada mes con el equivalente del año anterior y no tanto con el mes pasado.
Finalmente, en esta primera página también dispondremos de información de contacto o respecto a cómo hacer nuestras reclamaciones, así como los datos bancarios o de pago de la factura.
La parte de la facturación
En la segunda página de la factura encontraremos generalmente los datos de la facturación, empleando para ello diferentes conceptos.
El primer concepto del que hablaremos en esta factura de la luz explicada es la potencia contratada. Cuanto mayor sea la potencia contratada, más pagaremos por este concepto. En general, para una vivienda normal suele bastar una potencia de 3,3 a 5,5 kilovatios, siempre que no tenga demasiados equipos eléctricos conectados a la vez. Esta potencia puede bajarse, en caso necesario, generando un ahorro en cada factura que rondaría los 30 euros al año por kilovatio de bajada de potencia.
El siguiente concepto es la facturación por la energía consumida. En este apartado hemos retrocedido, en lo que a información se refiere, puesto que ahora mismo no se indica el precio al que pagamos el kilovatio. Esto se debe a que dicho precio cambia cada hora, lo que supone que en un mes tenemos la luz a 720 precios diferentes (24 precios diarios por 30 días), lo que es un auténtico desatino. En consecuencia, para conocer el precio de la luz consumida deberíamos ver el importe de la facturación por energía consumida, restarle los descuentos que se hayan aplicado (si procede) y dividir este importe entre el consumo total, que sí se indica en la factura. Para ahorrar, conviene conocer el precio horario de la luz, para usar los electrodomésticos de mayor consumo en las horas de menor coste. No obstante, la diferencia no es muy elevada.
La excepción son aquellos contratos de mercado libre en los que se contrata la electricidad a un precio fijo por kilovatio. Esto tiene la ventaja de que no nos afectan las variaciones del mercado regulado, pero, en líneas generales, pagaremos un precio más caro por la luz, tal como pasa con casi todos los contratos sujetos a mercado libre.
El tercer elemento de la factura es el alquiler del contador, denominado como alquiler del equipo de medida. Este tiene un coste fijo mensual y un importe reducido, de poco más de un par de céntimos al día, por lo que no es algo problemático.
Finalmente, tenemos que hablar de los impuestos. Entre ellos tenemos el impuesto sobre la electricidad. Este supone un coste cercano al 5% sobre la factura, pero actualmente se encuentra limitado a solo el 0,5%, debido a las complicadas circunstancias del mercado. Algo parecido ocurre con el IVA. En condiciones normales este sería del 21% sobre el importe total de la factura, pero tras las diversas modificaciones legislativas al respecto, actualmente se encuentra reducido a un 5%, por lo que estamos ahorrando dinero por ambos conceptos.
Otros conceptos interesantes del desglose de la factura de la luz
Además de lo comentado, hay algunos aspectos que no podemos olvidar en nuestra explicación de la factura de luz. Uno de ellos hace referencia a los periodos de consumo. Los usuarios que no tengan tarifas de discriminación horaria cuentan con tres periodos de consumo: punta, llano y valle. En teoría, cada uno de ellos tiene un precio menor, siendo el de punta el más caro. En la realidad, el precio de la luz fluctúa cada hora, como hemos mencionado antes, haciendo que este sistema sirva de poco.
Sin embargo, si realizamos la mayor parte del consumo eléctrico en horas de noche o a primera hora, desde las 22 a las 12 horas en invierno o de 23 a 13 h en verano, puede interesarnos contratas una tarifa de discriminación horaria. En ellas se paga más barata la luz durante la noche y algo más cara la del resto del día, por lo que, si el consumo se enfoca en ese horario barato, puede resultar conveniente.
Otra cuestión a valorar es la fuente de la facturación. Dado que hoy día todos los contadores se encuentran integrados en los sistemas de telegestión, que efectúan las lecturas de forma remota a través de Internet, todas las lecturas tendrían que ser reales. Sin embargo, a veces se producen fallos en los sistemas, que provocan que estas lecturas sean estimadas. En estos casos, la compañía tiene la obligación de corregir dicha estimación con la lectura real en la siguiente factura, siempre que esté disponible. Un proceso donde procederá a devolver lo cobrado de más o facturar lo cobrado de menos, según de la diferencia entre la lectura real respecto a la estimación realizada.
Como consejo final, dejando de lado cómo leer la factura de la luz, en caso de que quieras saber más sobre tu suministro eléctrico y acceder a datos como consumos diarios, el máximo de potencia que consumida y otros datos técnicos interesantes te recomendamos registrarte como cliente en el portal online que corresponda según tu proveedor eléctrico. En estas páginas web tienes acceso a la información en tiempo real que procede del contador, pudiendo además realizar diferentes trámites y gestiones de forma virtual, lo que te ahorra desplazamientos y molestias.
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