Según hemos podido averiguar en Spotahome, las ciudades de Palencia, Salamanca y Córdoba se disputan la fundación de la universidad más antigua de España.

Todo depende de cómo definamos el término "universidad".

Hoy, el consenso es que necesita de:
a) un gremio corporativo de profesores académicos con b) capacidad de otorgar licencias de validez universal. Pero sabemos que hace ocho siglos -o más-, estas cosas de la enseñanza andaban bastante menos estructuradas.

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Tras el desmoronamiento del imperio romano occidental a finales del siglo V, la Europa latina se estanca en una etapa de declive general. Pierde población, el comercio se paraliza y se instala una gran inseguridad.

Unos pocos (los señores feudales) guerrean, mientras que la gran mayoría (los siervos) lucha a diario por sobrevivir. No es tiempo -ni para unos ni otros- de promocionar el desarrollo de la cultura.

Recordemos que Carlomagno, ilustre rey de los francos, coronado solemnemente emperador del Sacro Imperio Romano en el año 800 -el hombre más poderoso de toda esa parte de Europa- era analfabeto.

A partir del año 1000 (cuando finalmente no llega el temido apocalíptico fin del mundo), Europa entra en una etapa de relativa prosperidad, propiciada por el crecimiento del comercio y de la agricultura. Así, los burgueses y sus gremios se van independizando de la tutela de los nobles. Se organizan y buscan refugio en las ciudades.

Durante toda esa "oscura" Edad Media, los monasterios han guardado y copiado los pocos libros que existen. La Iglesia ha mantenido el uso del latín como lengua franca y se ha convertido en una gran empresa transnacional. Crecen las ciudades y se construyen grandes catedrales alrededor de los mercados urbanos. Y empieza a salir de los monasterios la transmisión de conocimientos.

Así, auspiciados por las catedrales de las principales ciudades europeas surgen los Studium Generali, instituciones de educación superior que empiezan a impartir no solo derecho canónico y teología para los religiosos. También artes liberales (gramática, retórica, lógica, aritmética, geometría, música y astronomía) y medicina para laicos. Las artes son "liberales" puesto que éstas liberan a su practicante del (vil) trabajo manual.

A nivel europeo, se consideran Bolonia (1088), Oxford (1096) y París (1150) como las primeras universidades, aunque esta última no expedirá  diplomas universitarios hasta 1256.

Córdoba

En España, abrimos paréntesis, pues en la Córdoba califal existían ya en el siglo X 17 colegios y 70 "universidades" en las que estudiaban no solo árabes sino también algunos alumnos venidos del norte de Europa.

Muy valorados en ellas fueron sobre todo los estudios de Medicina, pues los árabes entonces iban muy por delante de los cristianos. (No es casualidad que las palabras algodón y alcohol de origen árabe se pronuncien casi igual en las principales lenguas europeas).

Palencia

Se disputan el honor de ser la primera universidad de la España cristiana Palencia y Salamanca. En ambas habría estudios superiores ya en el siglo XI. Pero no fue hasta 1212 que Palencia recibe el título de universidad de manos de Alfonso VIII.

A su muerte, pierde el apoyo real (y la financiación) y pocas décadas más tarde sus alumnos nutren las aulas de Salamanca o Valladolid.

Salamanca

Las escuelas de Salamanca obtienen en 1218 la categoría de Studium generali gracias al favor del rey Alfonso IX. A partir de 1255 sus títulos tendrán validez universal mediante una bula del Papa Alejandro IV otorgando la prestigiosa licentia ubique docendi.

No obstante, no olvidemos que las universidades en toda Europa han sido centros elitistas hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Solo los hijos de los más pudientes se podían permitir estar varios años sin trabajar.

¿Y la primera licenciada en España?

Y no hablemos de las mujeres. Las primeras universitarias (a finales del siglo XIX) tuvieron que asistir a clase disfrazadas de hombres. O sentadas en la tarima del profesor a salvo de las mofas y chanzas de sus compañeros.

La primera mujer licenciada en España no lo fue hasta 1879. La catalana Dolors Aleu i Riera tuvo que asistir a las clases de Medicina de la universidad de Barcelona acompañada de su hermano. A pesar de su brillante expediente académico (cinco premios de excepción) no se le permitió presentarse a los exámenes de médico cirujano hasta 3 años después de obtener su título universitario.

Quizá en lugar de preocuparnos por cuál fue la primera universidad deberíamos estarlo por la calidad de la enseñanza, el acceso y la financiación de esta casi milenaria institución, o de la relevancia de lo que allí se aprende en el mundo actual.

La titulitis, como estamos viendo en la actualidad política, es aún un mal español.