Hay un montón de posibles trabajos que puedes hacer en Francia siendo español. En principio, los mismos que cualquiera; aunque es cierto que, sobre todo cuando no se domina el idioma, nuestros compatriotas tienden a concentrarse en varios gremios concretos: la hostelería, la enseñanza de idiomas, la agricultura de temporada…
Un factor muy importante a la hora de conseguir un trabajo en Francia, aparte del idioma, que ya hemos señalado, es saber cómo hacer todo el papeleo necesario para poder trabajar en Francia siendo extranjero. Créeme, son un puñado de trámites sencillos, pero inos… insus… inlos… que no te los puedes saltar, vaya.
Que sí, que tú eres español y que en la Unión Europea hay libertad para trabajar donde te dé la gana y lo que tú quieras, pero no te pases de naïf. Te lo dice uno que lo fue. Es verdad que siendo español no necesitas permiso de residencia ni de trabajo, pero cuando te pidan tu número de la seguridad social y te digan que no, que el español no vale, me lo cuentas.
Obviamente, las circunstancias de cada cual harán variar mucho este recorrido por los trámites para trabajar en Francia que vamos a presentarte. Si eres un expatriado y tu empresa te envía a Francia, es probable que ellos hagan por ti buena parte del papeleo. Si vas a ser autónomo, mira aquí. Si te vas a la aventura, te los vas a comer todos, así que atiende.
Sí, es Francia, pero esto qué tiene que ver... maldito becario...
Domicilio, cuenta bancaria, contrato: el círculo vicioso de siempre
Te sonará de otros países: te suelen pedir un contrato para abrir una cuenta, que es uno de los documentos necesarios para hacerte un buen número de contratos; la cuenta requiere un domicilio, pero es difícil alquilar sin cuenta bancaria (y sin trabajo no digamos). Total, que es como una pescadilla de varias cabezas que se muerde sus diversas colas.
Muchas empresas francesas pagan con cheque o prefieren hacerlo en una cuenta francesa, por aquello de las comisiones. Por lo mismo, te interesa tener una cuenta, sobre todo si te vas a quedar un tiempo (volver a España con un puñado de cheques y expuesto a comisiones abusivas, no gracias). Y todo banco te solicitará tu domicilio (francés, por supuesto) para abrir esa cuenta.
El domicilio es el punto débil en esta Línea Maginot burocrática. Si vas con piso no hay problema para abrir una cuenta, y con ella (RIB o relevé d’identité bancaire llaman al número de cuenta) cualquier empleador te mirará con buenos ojos; por lo menos, no le vas a andar pidiendo tu sueldo en black (en general eso no se lleva en el país vecino).
Si te estás quedando en casa de un amigo o algo parecido, pídele una declaración de eso, de que vives en su casa. Si no, puedes recurrir a los CCAS; todo municipio francés debe darte una dirección postal si tienes una vinculación con el mismo (un trabajo, por ejemplo). Suelen aceptar que les presentes el contrato más adelante si se lo explicas educadamente.
Si no has tenido suerte en el CCAS puedes probar con algún centro social privado, donde pueden proporcionarte un domicilio postal si te ven con pinta de querer trabajar. La Banque Postale admite ese tipo de domicilio postal para abrirte una cuenta básica. De nada. ¡Enhorabuena, ya has resuelto lo más complicado!
Trabajo en mano, a la caza de la Carte Vitale
El esfuerzo comienza a dar sus frutos...
Bueno, te queda hacerte con tu número de la seguridad social. El sistema francés de seguridad social nos suena un poco complicado visto desde fuera, pero tú quédate con que hay un régimen general, otro agrario (llamado MSA) y una treintena de sectores específicos (militares, ferroviarios, empleados en notarías etc.).
En realidad, esto te da bastante igual, ya que se te dará un número provisional con tu primer contrato. Sabrás que es provisional porque empezará por 1 si eres chico y por 2 si eres chica. Se espera de ti que acudas a las oficinas de la seguridad social a solicitar el número definitivo (hay un tiempo mínimo de trabajo para poder solicitarlo, pero si no lo ha superado, mejor que te vuelvas a España).
Sí, un primo tuyo te ha dicho que él no hizo nada de esto, vendimió y cobró. No lo dudo. Pero si te quedas un tiempo y quieres tener derecho a cobertura sanitaria y a cualquier ayuda social, mejor si te lanzas a la épica obtención de la mítica Carte Vitale, que es lo mismo que el número de la seguridad social. Aquí te explican muy bien todo el proceso.
Como ves, son cuatro cosillas que, si sabes cómo hacer y afrontas con optimismo y buen talante, no son para tanto. Y, sin embargo, se suelen complicar. Subrayo lo del buen talante, o sea, que no te pongas chulo/a con el administrativo que te atienda; nada le toca más las narices a la burocracia francesa que un extranjero acusándola de racista.
Espero que todo esto te haya ayudado a entender los trámites que hay que hacer para trabajar en Francia siendo español. También es interesante echar un ojo a la web de Spotahome para orientarte acerca del alquiler de pisos en las principales ciudades francesas.