Una de las primeras decisiones que debe tomar cualquier estudiante que se va fuera de su ciudad a cursar sus estudios está relacionada con el alojamiento. Hay dos grandes posibilidades: vivir en un piso o apartamento (normalmente compartido) o vivir en una residencia de estudiantes. Si estás dándole vueltas a la decisión, quizás esta lista de pros y contras te ayude a aclararte.
Personalmente os diré que yo he vivido en las dos modalidades, y no me atrevería a decir cuál es mejor que la otra. Supongo que también es importante en el momento en que te pille la decisión. Simplemente, depende del talante de cada uno el hecho de preferir piso o resi; y siempre puedes cambiar de idea para el curso que viene.
Dalí, Lorca y Buñuel se conocieron en la Residencia.
También hay que tener en cuenta que hay muchos tipos de residencias de estudiantes. Las hay públicas o privadas; están las grandotas donde los residentes casi ni se conocen y las pequeñitas con media docena de habitantes; en algunas se vive a pensión completa, y en otras cada cual se ocupa de su alimentación (la limpieza suele ir por cuenta de la casa).
A favor: comodidad y socialización
La primera ventaja es evidente. Vivir en una residencia de estudiantes es en general mucho más cómodo. El hecho de que te den normalmente la comida y la cena hechas y que alguien se encargue de la limpieza mientras tú te concentras en estudiar (o en lo que sea) es una ventaja que no solemos valorar hasta que no la tenemos.
La otra razón que muchos estudiantes aducen para optar por la residencia es que sus amigos viven en ella o por la facilidad para conocer gente nueva, sobre todo si es nuestro primer año. Efectivamente, una residencia de estudiantes es un ámbito de socialización por excelencia; y más si es mixta. Es más fácil juntarse con otros estudiantes para hacer botellón actividades de todo tipo.
El ambiente de estudio es la causa principal de blanden los padres que ven las residencias con mejores ojos. No sé si desengañarlos… Eso es muy relativo, depende de la residencia y sobre todo de cada cual. Pero es verdad que suele haber instalaciones (una sala de estudio) y al menos algún otro pringado estudiante hincando los codos; quieras que no, el verlo anima… algo.
Los precios de los alquileres en Madrid son otra poderosa razón para decidirse por una residencia de estudiantes. Siempre se pueden encontrar chollos en pisos que se alquilan por habitaciones con otros estudiantes, pero muchas veces los alquileres altos en las cercanías de las facultades son prohibitivos. Ya puestos a gastar (porque las residencias no son baratas), se busca la comodidad y que te lo den todo hecho.
En contra: dependencia y precio
Probablemente el precio de una residencia de las de todo incluido (cual hotel de Cancún, sí) es lo que más echa para atrás a los potenciales clientes. Si se es un poco hábil y flexible se pueden encontrar pisos compartidos mucho más económicos; la ubicación del piso o la resi suele ser definitivo en estos casos.
Hay quien lo llama tareas del hogar, hay quien lo llama libertad. Los estudiantes que viven en residencia no desarrollan la misma autonomía y responsabilidad que los que tienen que ir a la compra, calentar el bote de fabada preparar la comida, sacar la basura y batallar contra las pelusas que viven debajo de la cama (¿cómo es que en casa de mamá no las hay?).
El típico piso de estudiantes madrileño... Es broma.
En algunos casos hay residencias (sobre todo religiosas) con controles y horarios estrictos más pensados para la tranquilidad de los padres que para el disfrute de los estudiantes. Si sirve mi consejo, de poco valen aparte de para quitarle a uno las ganas de vivir en una residencia de ese tipo. La falta de independencia en adultos siempre es una contra.
La disponibilidad de plazas en una residencia es otro factor que trabaja en su contra. No sólo porque haya o no haya, y porque haya que entrar en los criterios de cada una (una nota mínima, por ejemplo), sino por el tiempo de anticipación con el que hay que reservar (mes de mayo normalmente), y a veces pagar; hay quien no tiene decidido si estudiará en Madrid definitivamente y ya tiene que afrontar la reserva…
Total, que las residencias están muy bien, pero no son la panacea. Es muy diferente de vivir en un piso, solo o con amigos, pero que sea una buena o mala experiencia depende de tu actitud, tu capacidad de adaptación y tus ganas de disfrutar la vida y aprovechar el tiempo. De hecho, yo recomendaría probar las dos experiencias; una residencia de estudiantes el primer año y luego alquilar un piso. Sólo las estrellas del rock y algunos escritores rarunos viven en hoteles toda su vida.
Si te estás preparando para tu primer año de Universidad en Madrid sino qué prefiere, ¿residencia o piso compartido?
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