Viviendo como un Local: Milán

Autora: Whitney Lea Mckinnon

Confesión: después de haberme mudado al norte de Italia hace un año, aún no he visitado Milán.

Ya sabéis cómo es esto… Llegas a una nueva ciudad, te sientes cómodo en el centro turístico y, sencillamente, no te mueves mucho de ahí. Vas de acá para allá como un turista, la gente te habla como si, simplemente, pasaras por ahí. En realidad, te cuesta salir a ver la ciudad y encontrar tu propio lugar. Después de todo, ¿a dónde puedes ir?

Así que, así me vi a mí misma en ese terrible limbo… Y lo odié. No hay nada peor que vivir en un lugar y sentirse como un turista. Sencillamente, no te sientes en casa.

En fin, ahí seguía flotando la pregunta… ¿Cómo encuentro esos deseados lugares no turísticos? ¿Cómo puedo encontrar mi propio lugar en Milán? Vivo fuera de la ciudad, y no conocía a nadie allí para enseñarme la ciudad. Pero necesitaba desesperadamente más cosas (y más auténticas) que hacer en Milán… Así que me apunté a un tour turístico.

Sé lo que estaréis pensando. Los tours turísticos son sosos, llenos de personas que podrían ser tus padres y llevan calcetines con sandalias. Visitando los puntos y los restaurantes más turísticos de la ciudad.

Lo sé, a mí tampoco me emocionaba la idea… Pero resultó que la cosa no fue tan mal.

Cuando conocí Withlocals, inmediatamente me di cuenta de que era lo que necesitaba. Ofrecen un montón de opciones diferentes para las visitas, sentí que era justo lo que estaba buscando.

Guiado, organizado y personalizado completamente por una persona local (no por una aburrida agencia de viajes), el tour te mete de lleno en la ciudad junto a un verdadero nativo. Una persona que de verdad conoce la ciudad llevándote a los sitios donde la gente local va normalmente, ¡justo lo que necesitaba!

Escogí un “tour aperitivo”. Seamos sinceros, quería saber dónde encontrar buena comida y bebida el fin de semana, y no me decepcionó.

Cuando llegamos al punto de encuentro en la Estatua de Constantino en frente de las Columnas de San Lorenzo, el cielo estaba gris y había truenos en el horizonte.

¡Vaya!

Pero Francesco, nuestro increíble guía, estaba ya allí esperándonos. Aunque nos ofreció hacer el tour en otro momento, algo genial para los que no querían mojarse, decidimos seguir adelante. Así que Francesco rápidamente puso en marcha un plan B que se le ocurrió en el momento, algo que demuestra lo útil de ver la ciudad con alguien que de verdad la conoce.

Empezaba a llover cuando empezamos con un "prosecco" para llevar en la piazza, una tradición real en el popular y animado barrio de Navigli, según nos contó Francesco. Una tradición que apoyo, definitivamente.

Según andábamos por la piazza, detrás de la Basílica y a través de un parque, Francesco contestaba sin problema los miles y miles de preguntas que le hacía sobre Milán. Después de todo, no sé nada sobre Milán. Nos habló sobre Navigli, posiblemente la zona más animada y popular de Milán, un lugar en el que realmente me siento a gusto.

En ese momento, estaba diluviando. Muchos tours habrían cancelado en ese punto, pero Francesco nos guiaba con una sonrisa. Conocía el sitio perfecto para tomarnos algo. Nos dijo que no era donde tenía pensado llevarnos, pero estando el clima como estaba, agradecimos vernos bajo techo.

¡Y el sitio resultó ser genial!

El bar es un sitio con buena música, mucho espacio para pasar el rato, luz agradable, y buenas bebidas, todo lo que esperas de un buen sitio.

¿Lo mejor de todo? Que no está lleno de turistas. El sonido italiano llenaba la atmósfera, música para mis oídos después de tanto tiempo al lado del Duomo. Para ser una opción B por culpa de la lluvia, el sitio era genial.

Imagino que Francesco debe de hacer muchos de estos tours y que lo hace para ganarse la vida... “No” me dijo mientras probábamos otro aperitivo diferente, “en realidad, este es el primer tour que he hecho”... A lo mejor me estaba engañando.

Mientras me decía de probar la pasta de Puglia, me explicó que él es músico y actor y que, simplemente, hace guías turísticas en su tiempo libre. Y es genial tener un guía turístico que en realidad no es un guía turístico, fue mucho más auténtico. Después de otra bebida, Francesco parecía un viejo amigo con el que había quedado para pasar el día por Milán.

Mientras seguíamos disfrutando de una comida que estaba riquísima (y mientras seguía diluviando), Francesco nos contaba que cada tour es personalizado por el guía. Así que no hay dos tours iguales, siempre es una experiencia diferente. Le pregunté a Francesco qué es lo que más le gusta de Milán.

“Las oportunidades que hay aquí, por su puesto. Puedes ser quien más te apetezca, puedes hacer lo que quieras. ¡Puedes hacer cualquier cosa en Milán!”

Después de disfrutar de la comida y la bebida, ya apenas llovía, así que nos fuimos por la calle en la animada noche de Navigli. Habiendo conocido la zona mucho mejor con un verdadero milanés, pensé en lo que había dicho: puedes hacer lo que quieras en Milán.

Y con ello en mente, volví a las calles, prometiéndome a mí misma que no volvería a poner el pie en el horrible centro turístico. Sentí de una vez que Milán es para mí, me sentí a gusto por fin. Sabía dónde estaba y tenía todo lo que necesitaba para ver y conocer más cosas.

Al fin estaba en casa.

A veces lo único que necesitas es una cara amiga, una conversación, un paseo con alguien de la ciudad. La próxima vez que te sientas atrapado en una ciudad como si fueras un turista, llama a alguien de allí.

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