¿Has visto el clasicazo de los 80 titulado en España “Esta casa es una ruina”? Pues ahora imagínate algo un poquitín menos exagerado, pero contigo como protagonista: llegas al piso que acabas de alquilar y te encuentras con la desagradable sorpresa de que no está como en las fotos que viste. Ni mucho menos.
Si haces una pequeña búsqueda en internet verás que hay muchísimos artículos acerca de qué hacer si un inquilino provoca desperfectos en un piso, pero ¿qué puedo hacer si la casa está en malas condiciones al entrar a vivir? Es un problema que puede surgir sobre todo alquilando online, y que desde Spotahome nos esforzamos en evitar a toda costa.
Más o menos todo el mundo intenta ver el piso que va a alquilar antes de mudarse, pero eso no siempre es posible. Es el caso de muchos profesionales, expatriados o estudiantes que deben mudarse a otra ciudad y, sin tiempo para desplazarse a buscar y ver pisos, alquilan a través de internet. Nosotros evitamos sorpresas desagradables y esas fotos que luego nada tienen que ver con la cruda realidad…
Así que en este artículo vamos a suponer siempre que estamos alquilando un piso sin haberlo visto antes en vivo, o bien que entre nuestra visita previa y el momento de entrar a vivir se han producido desperfectos, sea de forma fortuita (una inundación, por ejemplo), sea por culpa o negligencia del propietario.
No, si las vistas son estupendas, pero...
Con la ley, el contrato y la cámara en la mano
En el caso de España la ley de referencia para aclarar estos casos es la famosa LAU (o sea, la Ley de Arrendamientos Urbanos), que indica claramente que el propietario debe entregar y mantener la vivienda en condiciones de habitabilidad. Así que, si los desperfectos son realmente graves, corren por cuenta del propietario en cualquier caso; si te ignora o se niega a hacerse cargo estará incumpliendo el contrato.
¿Qué pasa con otros elementos secundarios (una silla con una pata rota o un rodapié suelto, por ejemplo)? La ley indica que el inmueble debe devolverse tal y como se encontró. Es decir, si los desperfectos aparecen en el contrato, no hay problema. Claro, que esto no suele ocurrir, y de ahí suelen proceder todas las complicaciones a la hora de devolver la fianza.
En los contratos como Dios manda se incluye una cláusula con un inventario de los elementos que se encuentran en el piso. Se les supone en buen estado, ya que suele ser la lista que el casero elabora y que quiere volver a encontrar en buen estado en el momento en que el inquilino deje el piso.
Si esos elementos están mal cuando deberían estar bien, ponte en contacto cuanto antes con el casero para indicárselo, o con cualquier intermediario (agencia inmobiliaria) que te haya facilitado el piso en cuestión. No dejes de sacar fotografías de los daños que encuentres a tu llegada y que no figuran en el contrato. De todo.
Como nos explican aquí, ese testimonio fotográfico (si es pericial todavía mejor) es fundamental ya que, llegado el momento del conflicto, corresponde al inquilino probar que devuelve la casa a su dueño en las mismas condiciones que las encontró. Y en un contrato no suelen incluirse todos los detalles sobre el estado de la vivienda y los bienes que incluye.
Lo mejor es un arreglo amistoso
Si la cosa se complica…
Si el casero es una persona normal, enseguida se hará cargo de solucionar los desperfectos (que correrán por su cuenta, por supuesto), o bien podéis dejar constancia por escrito de esos desperfectos: bastará un documento firmado por ambas partes enumerando esos desperfectos y exponiendo que ambas partes están de acuerdo en que, citando a Bart Simpson, “estaba así cuando llegué”.
Pero, por desgracia, no siempre es tan fácil. Si hace oídos sordos a tus reclamaciones remítele un escrito por burofax, la mejor manera de cerciorarse de que ha sido informado y el paso previo a cualquier reclamación legal. Si el burofax no tiene efecto, tendrás que decidir si resolver el contrato y buscar otra casa o demandar a tu arrendador.
Si los arreglos necesarios son urgentes (qué se yo, la puerta de la calle no cierra o tiene un boquete que cabe un gato) puedes asumirlos en un primer momento, advirtiendo al propietario y luego repercutiéndole los gastos. Como siempre, fotografías y facturas son tus mejores aliados en este tipo de casos.
En cualquier caso, y por aquello de curarse en salud o al menos minimizar riesgos, si vas a alquilar un piso a través de internet es muy interesante hacerlo a través de alguna agencia o plataforma fiable y de confianza, como es el caso de Spotahome, que se encargue de comprobar pormenorizadamente el estado de la vivienda y pueda acreditarlo si fuera necesario.
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