Dicen que para conocer un país y a sus gentes hay que conocer su historia. La gente dice muchas tonterías, pero este no es el caso. Si eres un apasionado o apasionada de la historia, como yo, no dejes de echar un vistazo a esta lista para hacerte una idea de los lugares históricos más importantes de la ciudad de Valencia.
¿Ni idea de la historia de Valencia? Te la resumimos en cincuenta palabras. Ciudad romana sobre poblado íbero, decae con los visigodos y florece en época musulmana. Conquistada brevemente por el Cid, pasa a Aragón en 1238. Su siglo XV es culturalmente espléndido. Catastrófica expulsión morisca en 1609. Pérdida de fueros un siglo después, heroica resistencia al invasor francés, desarrollo urbano en el siglo XIX, capital republicana en la Guerra Civil.
Te ha sabido a poco, a que sí. Pues atiende, atiende…
Huellas de una gloriosa Edad Media
Tribunal de la Aguas. El Tribunal de las Aguas no es un lugar, sino una institución de administración de justicia y autogestión de origen remoto, único en Europa y catalogado por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Cada jueves a mediodía en la Puerta de los Apóstoles de la catedral se reúnen los síndicos (representantes de las comunidades de regantes) para resolver conflictos acerca del uso del agua en la ciudad.
Torres de Quart. Una de las dos únicas puertas medievales que han sobrevivido en la ciudad. De estilo gótico, sus dos torres semicirculares almenadas son un emblema de la ciudad. Aparte de por su imponente aspecto, merecen estar en la lista por los eventos que han visto pasar en sus cinco siglos largos de historia, muy especialmente la defensa popular in extremis contra los franceses en 1808.
Lonja de la Seda. Poco más tarde que las torres, en un estilo gótico más refinado, el gobierno de la ciudad levantó un espacio mercantil como otros del ámbito mediterráneo, pero más grande, más suntuoso y más bello: la Lonja de la Seda. Valencia era en aquel momento no sólo una de las ciudades europeas más ricas y cultas, sino la capital continental de la seda. Famosa por sus esbeltas columnas helicoidales, la lonja acogió también la Taula de Canvi, un primitivo banco internacional.
Catedral de Santa María. No podemos dejar el centro de la ciudad y el periodo medieval valenciano sin hablar de la catedral, y no sólo por su belleza arquitectónica. Como suele ocurrir en la cuenca mediterránea, la catedral se asienta sobre una mezquita, que ocupó la plaza de una iglesia visigoda, donde hubo antes un templo romano… La puerta de la Almoina, la tumba de Ausiàs March, el famoso Micalet o por supuesto el Santo Cáliz son algunos de sus elementos vinculados a la historia local.
El patrimonio histórico moderno y contemporáneo
Plaza de la Reina. Esta plaza merece un lugar en la historia moderna valenciana. A finales del siglo XIX la corporación municipal decidió que Valencia necesitaba algo así como una “plaza mayor”. Derribando el convento de Santa Tecla y unas cuantas viviendas humildes se abrió este espacio en pleno centro, donde se ubican emblemáticos comercios y se instaló el primer semáforo de la ciudad (accionado a mano por su primer guardia urbano).
Mercado Central. Emplazado en pleno corazón de la ciudad, el Mercado Central es una obra maestra del modernismo valenciano y símbolo de una época. Iniciada la obra en 1914, se diría que sus varios arquitectos quisieron hacer de él un templo del comercio, por sus aires de catedral gótica con hierro y cristal, los materiales estrella de la era industrial. Lo mejor, que sigue funcionando como un mercado normal.
Circuito urbano de Fórmula 1. De acuerdo, no es muy bonito, y ya ni siquiera se usa; es más, parece que pronto va a desaparecer. Pero histórico es a más no poder. No hay mayor símbolo de la desquiciada historia urbanística reciente de la ciudad del Turia que este despropósito tan caro como fugaz. La Ciudad de las Artes y las Ciencias por lo menos es bonita.