Hay pocas cosas que sean tan británicas como tomar té. Es algo cultural, inherente, de los británicos, que hace que sea uno de los países en los que más té se consume en el mundo.
En Spotahome queremos que durante tus viajes o estancias a Reino Unido, lo sepas todo sobre la tradición de tomar té, para que así seas uno más.
Según la Asociación de las Infusiones y el Té de Reino Unido, que en su web tienen un contador de las tazas de té que se toman al día en el país, a diario los británicos se beben 165 millones de tazas de té.
De hecho, de acuerdo con datos de Statista, el 37% de los residentes en Reino Unido toma dos o tres tazas al día. De ahí que salgan las cuentas, pues la población británica ronda los 65 millones de habitantes.
Vayamos a los orígenes.
La tradición de beber té, casi como bebida medicinal, se remonta a China. Según la leyenda china, fue en 2737 AC cuando el emperador Sheng Nung popularizó la bebida.
Pero en Inglaterra no fue una tradición hasta el siglo XVII, de la mano de los reyes Carlos II y Catalina Enriqueta de Braganza, que lo pusieron de moda entre los cortesanos y la élite británica, sobre todo por influencia de la portuguesa.
El hecho de que la Commonwealth estuviera en auge y que precisamente en ese siglo se fundase la Compañía Británica de las Indias Orientales, hizo que se pudiera exportar cada vez más té de los territorios coloniales británicos.
El comercio del té comenzó a crecer exponencialmente. Por lo que poco a poco dejó de ser el privilegio de unos pocos aristócratas y se convirtió en una tradición centenaria de la población general. Si en 1664 (el primer pedido de té que entró en territorio británico) fue de 45 kg, en el año 1750 ya ascendía al equivalente de 2.144.581 kilos.
El resto, como dicen, es historia.
Diferencias con el resto del mundo
La más importante es que en Reino Unido, el té se toma con leche. Según datos de la Asociación de las Infusiones y el Té, el 98% de todos los millones de tazas consumidas en el país se toman con leche.
Un hecho que suele llamar la atención y que según el periodista Dan Saladino investigó para la BBC, es una diferencia respecto a la tradición del té en el resto del mundo.
El té que comenzaba a llegar de India era el assam negro, un té que en su proceso de oxidación desparecen los tonos florales, por lo que la bebida es más fuerte. Así, para suavizarlo, les pareció normal y necesario ponerle leche.
En el resto de países, el té entró a través de Países Bajos, que lo importaban desde Indonesia y era menos fuerte, por lo que no necesitaba que se agregara leche.
El ritual es sagrado
Si la tetera no está caliente, si el té es de una máquina tipo la Nespresso, si no se deja reposar... Son costumbres altamente importantes para los británicos, y es que el ritual de hacer y tomar el té es sagrado en Reino Unido.
Muchos británicos se saben de memoria las reglas que escribió el grandísimo George Orwell sobre cómo preparar y servir el té: que sea negro, que no sea en bolsitas sino en hojas de té, que la tetera sea de porcelana y se caliente antes, que el agua hierva rápidamente, que la taza sea cilíndrica y, por supuesto, que no se agregue azúcar.
Para Orwell era como ponerle sal o pimienta a la bebida.
El té de la tarde
Pero los británicos no sólo toman té por la mañana, para desayunar. También lo hacen para merendar. A partir de 1880, la aristocracia británica comenzó a tener invitados sobre las 5 de la tarde para tomar el té.
Para los turistas y aquellos que no tienen la pompa necesaria en casa, en ciudades como Londres hay un sinfín de lugares donde llevar a cabo esta ceremonia. Aquí te dejo algunos de los mejores por menos de 30 libras.
¿Qué va antes: el té o la leche?
Es un debate en el que no se ponen de acuerdo. George Orwell prefería primero servir el té que la leche. Y tiene su lógica. Pero los que vierten primero la leche antes del té también es una corriente muy seguida.