Texto por  Sabrina Andrea Sachs – Traducción de María de los Ángeles Morales

"Hay un proverbio italiano que dice: "Ve a Nápoles y muere", pero yo digo, “Ve a Nápoles y vive, porque parece que hay mucho por lo que vale la pena vivir ". ― Arthur John Strutt

Durante mi viaje de 24 meses alrededor del mundo, conocí a miles de personas y la reacción más común cuando dije que era italiano fue: "¿En serio? ¡DIOS MIO! ¡Me encanta Italia! He  estado en Cinque Terre, Roma, Venecia, Milán, la Toscana... ¡¡¡Ay, Italia!!!" Y sí, la mayoría de la gente gritaba mientras lo decía. Supongo que Italia provoca sentimientos fuertes en la gente y no pueden ocultarlo cuando hablan. ¿Qué puedo decir? Los italianos lo hacen todo mejor ¡jaja! Pero, bromas aparte, entre la gente que he conocido, solo unos pocos mencionaron Nápoles como una visita obligada. La verdad es que la imagen pública de esta ciudad sigue siendo la de una ciudad preocupada por la mafia. Y no puedo negarlo, pero hay mucho más en Nápoles que lo que has visto en series de televisión y películas.

Tanto si sales de Milán como de Roma, Nápoles está a solo unas horas de distancia, por lo que esta joya italiana es el destino perfecto para un fin de semana.

Día 1 – Sobre la Superficie

Despiértate temprano y aprovecha al máximo su fin de semana poniendo rumbo al famoso Gran Caffè Gambrinus, donde podrá probar una deliciosa sfogliatelle napoletane con un espresso. Inaugurado en 1860, este célebre establecimiento ha sido un salón literario, una famosa galería de arte y el centro cultural de la ciudad.

Después del desayuno, dirígete a la Piazza del Plebiscito, una gran plaza que cuenta con la Basílica Reale Pontificia San Francesco da Paola en un extremo y el Palacio Real de Nápoles en el otro. Después de visitar la iglesia y el palacio, pásate por el Teatro San Carlo, una ópera de fama mundial donde puedes reservar una visita guiada (ofrecen varios idiomas) durante el día si no te llama la atención una representación de ópera. Es realmente digno de ver, ya que es el escenario de ópera más activo y que lleva más tiempo abierto del mundo, ya que se inauguró en 1737, décadas antes que La Scala en Milán.

Una vez que hayas visto el teatro, toca admirar la Galería Umberto I, otra magnífica joya arquitectónica napolitana inspirada en la Galería Vittorio Emanuele de Milán. Actualmente es una galería comercial pública. Desde allí, dirígete a la Via Toledo, la calle comercial de Nápoles, donde podrás encontrar todas las marcas de moda internacionales, además de tiendas locales.

Este es el lugar perfecto para observar a la gente y, si te da un poco de hambre después de tanto caminar, pásate por cualquiera de los locales a comer algo rápido. Deja la pizza para la noche y prueba los fritti (fritos): un cuoppo (denominación local de un cono de papel de paja lleno de fritti. Recuerda que cuoppo es un insulto bastante fuerte para las mujeres menos atractivas, así que ten cuidado de usarlo mientras estés en Nápoles.), una crocchetta o incluso una rebanada de pizza frita, que es parecido pero también totalmente diferente de la pizza real.

A continuación, seguimos nuestro itinerario. Justo al otro lado de la Vía Toledo, se encuentra el barrio español, llamado así porque se creó en el siglo XVI para albergar guarniciones españolas encargadas de sofocar las revueltas de la población napolitana. Pronto se convirtió en una zona infame que atrajo delincuencia y prostitución, pero en la actualidad es un barrio vibrante lleno de gente de todas las edades y procedencias.

Y, por fin, ¡es la hora de la pizza! Olvídate de la dieta por una vez, de las pizzas al estilo americano (lo siento estadounidenses, pero las vuestras son, un poco ... diferentes) y de las preocupaciones relacionadas con los carbohidratos: Nápoles es donde se inventó la pizza. Y como yo digo, no has visitado Nápoles si no comes pizza todos los días que estés allí. Desde el siglo XIX, Nápoles ha sido la capital mundial de esta comida sencilla pero deliciosa. Algunas de las mejores pizzerías se pueden encontrar en la Via dei Tribunali, una especie de Santo Grial de los amantes de la pizza. Probé algunas cuando fui a Nápoles recientemente (sí, comí pizza a mediodía y en la cena y sí, cogí 12 kg en 5 días) pero mis favoritos son: Da Michele (el que visita Julia Roberts en Come, Reza, Ama, un poco turístico hoy en día, pero la pizza sigue siendo buena), Di Matteo (Via Tribunali 94) y Pizzeria Brandi (Salita S. Anna di Palazzo 1/2). ¡Pero no confíes en mí! Pregúntales a los vecinos, como hice yo, y sigue sus recomendaciones.

Si todavía te queda energía y deseas conocer la vida nocturna de Nápoles, dirígete a la zona de la Universidad o a Spaccanapoli (literalmente significa romper Nápoles), un camino largo y angosto que divide el centro histórico de Nápoles en dos partes. Para ser completamente honesto, Spaccanapoli no es el nombre real de este camino, es el nombre que los napolitanos han dado a este tramo compuesto por siete calles que comienzan en Piazza Dante e incluyen Via Pasquale Scura (más arriba del Barrio Español), vía Maddaloni , Via Benedetto Croce, Via San Biagio dei Librai, Via Vicaria Vecchia, Via Forcella y Giudecca Vecchia. Subir y bajar por Spaccanapoli es como hacer un viaje por los ricos contrastes de Nápoles y su controvertida historia.

Día 2 – Bajo la piel de Nápoles. Literalmente.

Independientemente de dónde te alojes en Nápoles, debes visitar algunas de las nuevas estaciones de metro. Después de muchos años de renovación y varios retrasos, el nuevo sistema muestra una arquitectura increíble junto con obras de artistas internacionales y locales. La estación Università es mi favorita. Así que después de viajar en metro, dirígete a un café para el habitual combo de caffè y sfogliatella y luego da un paso más allá y únete a un tour con Napoli Sotterranea. No sabía que Nápoles estaba construida sobre toba volcánica, una piedra volcánica blanda, y que durante los últimos 2.500 años, los napolitanos han estado excavando cámaras y pasadizos debajo de la ciudad. Hoy, explorando la antigua ciudad subterránea encontrarás acueductos griegos, catacumbas y refugios antiaéreos de la Segunda Guerra Mundial. Después de eso, es hora de visitar algunas esculturas muy destacables en el Museo Cappella Sansevero, donde encontré una de las obras de arte más fascinantes y realistas de toda mi vida: el Cristo Velado de Giuseppe Sanmartino.

Es hora de más comida callejera: ¿qué tal un pagnutiello (pan blando napolitano con manteca de cerdo y relleno de salami, queso, huevos duros y pimienta negra, es el "bocadillo" de media mañana más tradicional de Nápoles), un calzone frito (una pizza frita con forma de media luna llena de salsa de tomate, jamón y queso mozzarella) o un Arancino (típica de Sicilia, es una bola de arroz rellena de salsa boloñesa con carne picada, guisantes, salsa de tomate y mozzarella)? ¡Tú eliges!
Por la tarde, pon rumbo a Castel Sant'Elmo, donde podrás ver la belleza de Nápoles en todo su esplendor, incluidas las impresionantes vistas de la bahía de Nápoles y el Spaccanapoli desde arriba. Puedes optar por caminar o dejar que el funicular haga el trabajo duro. Un lugar precioso para visitar, justo al lado del Castel Sant'Elmo, es la Certosa di San Martino, un antiguo complejo monástico que ahora es un fascinante museo.

Mientras estés allí, no pierdas la oportunidad de dar un paseo por la zona de Vomero, un antiguo centro agrícola, actualmente residencial de lujo, lleno de librerías, boutiques y tiendas de diseño.

Si puedes quedarte otra noche en Nápoles, pásala en un lugar menos caótico que el casco antiguo y dirígete a Lungomare, donde sentirás esa atmósfera mágica de las antiguas películas y canciones italianas. Contempla el Monte Vesubio justo al otro lado del puerto y deja que el reflejo de las luces de la ciudad en el agua te haga soñar un poco con los viejos tiempos. Si todavía te queda energía, puedes visitar la Piazza Bellini, el centro de la vida nocturna tardía en Nápoles, llena de bares, música en vivo y clubes.

CÓMO LLEGAR A NÁPOLES

DESDE MILÁN:

Desde Milán a Nápoles puedes volar con Alitalia, Easyjet y Meridiana. También puedes coger un tren Italo o Trenitalia, que tarda menos de 5 horas. Además, hay varias opciones en autobús, pero el viaje dura entre 8 y 12 horas. Puedes consultar los precios aquí: FlixBus, Sena, Cotral y Baltour.

DESDE ROMA:

El tiempo  medio de viaje entre Roma y Nápoles es de 1 hora y 30 minutos y el más rápido es de 1 hora y 7 minutos. Los trenes salen de la estación de Termini o de Tiburtina. El viaje en autobús desde Roma a Nápoles dura aproximadamente 2 horas y 30 minutos. Puedes consultar los precios aquí: FlixBus, Sena, Cotral y Baltour.