Siempre recomiendo a cualquier "guiri" que visita Madrid incluir una escapada a la impresionante ciudad de Segovia. Si ya vives aquí, Segovia es parada obligada. El legado heredado por los distintos pueblos y monarcas hacen que no sólo sea una ciudad divertídisma para pasar el día de cañas y comer bien, si no para aprender sobre la rica historia española y su diversidad.
Así, aquí te dejo una lista con consejos de lo que debes hacer y lo que no en Segovia. Para que vayas, como decimos por estos lares, "a tiro hecho".
Cómo llegar
- Por entre 30 y 40 euros puedes ir en Ave ida y vuelta. Se tardan apenas 30 minutos, aunque luego deberás coger un autobús desde la parada que te lleve al centro. Es decir, la estación de Ave está alejada del centro histórico, y los buses no están al minuto de la llegada del tren. Tenlo en cuenta a la hora de organizar tu viaje.
- También hay autobuses directos desde Moncloa hasta Segovia. Los directos tardan una hora y la ida y la vuelta cuesta unos 17 euros en total.
- La otra forma de llegar a Segovia es en coche. Se tarda alrededor de una hora. A la gasolina, tendrás que añadirle el precio de los peajes, de unos 8 euros cada uno.
Qué hacer
Pasear a lo largo y alto del Acueducto
Este monumento de piedra, es la viva imagen de la avanzada ingeniería romana allá por el siglo II d.C. Su conservación es magnífica, de ahí que en 1985 fuera declarado patrimonio nacional de la Humanidad. Debes fotografiarte desde sus arcadas centrales, pero también merece la pena subir por las escaleras de la izquierda para verlo desde arriba así como acompañarlo hasta dónde termina para observar de cerca las dimensiones de este imponente acueducto.
Visitar el Alcázar
Es indispensable. Un edificio único en su especie, lleno de leyendas, historias y de una belleza arquitectónica sublime. Para sacarle todo el partido a la visita, aprovecha las visitas guiadas que ofrece el encantador personal del Alcázar. En lo alto, observando toda la ciudad y sus límites, a mí siempre me ha recordado al castillo de Blancanieves. El Alcázar lo ha sido todo y de todos, pues se pueden divisar las construcciones y sobreconstrucciones, los pilares en los que se ha ido erigiendo este fantástico edificio. Aquí coronaron a la indispensable Isabel la Católica, por lo que no dejes de pasar por la Sala del Trono, de los Reyes y la Sala de la Galera. Sube a la terraza de la torre, si no estás cansado, para ver las vistas 360º de la ciudad.
Caminar por el barrio judío
Segovia también tiene un barrio judío. Merece muchísimo la pena perderse por sus estrechas calles, por el centro de la ciudad, dentro de la muralla e imaginar cómo era la vida en la Segovia medieval. Había cinco sinagogas judías en Segovia, quizá la mejor conservada sea la Sinagoga mayor, que en la actualidad es el convento del Corpus Christi.
Tomar una copa de Pago de Carraovejas
Si eres amante del buen vino tienes que hacer parada y posta en el restaurante Jose María. Pide en la barra, en la entrada de este restaurante (caro) hay una animada taberna, una copa de tinto y disfruta de esta bebida.
Lo que no debes hacer
Irte sin probar el cochinillo
A no ser que seas vegetariano, Segovia es territorio de cochinillos. Los asan de una forma muy especial, por lo que los carnívoros se deleitarán con esta mezcla de crujiente y tierno. Aunque en verano no es el mejor momento, en Segovia los judíones también están deliciosos.
No hacerte fotos desde los mejores miradores
Los amantes de la fotografía o los fans de Instagram tendrán en Segovia una sobredosis de instantáneas y de likes. Hay un montón de rincones y miradores para retratar la ciudad, el acueducto o el Alcázar. Por ejemplo, te recomiendo dar un paseo hasta el agradable Mirador de la Pradera de San Marcos.
No entrar en la catedral de Segovia
Hay que adentrarse en la Catedral de Santa María de Segovia, también conocida como la Dama de las Catedrales. La entrada cuesta unos 3 euros, salvo los domingos por la mañana que es gratis. Al margen de sus capillas, vidrieras y retablos, merece la pena subir a su torre.