Una de las mejores escapadas que se pueden hacer desde Madrid es visitar Alcalá de Henares. Primero porque es una ciudad universitaria súper divertida, segundo porque se puede ir en transporte público desde varias zonas de Madrid y tercero, porque ha sido testigo de la historia.
Si en uno de mis últimos posts te contaba lo que debías hacer y lo que no en Segovia, en esta ocasión he elegido Alcalá de Henares para darte consejos sobre lo que no te puedes perder.
Si París vale una misa, Alcalá de Henares bien vale una excursión. Hoy sitiada por carreteras de muchos carriles repletas de coches a todas horas, polígonos industriales y bloques de barrios de ciudad dormitorio, cuesta creer que Alcalá ('al qalah', el castillo) de Henares atesora varios milenios de historia y un casco antiguo merecedor de ciudad Patrimonio de la Humanidad. Hasta el traslado de la capital del reino de España a Madrid en 1574, fue la ciudad más importante de la comunidad.
Ya habitada anteriormente por los celtíberos, la extensa Complutum romana emerge en la visitable Casa de Hyppolitus, (siglo I). Con la pax romana los romanos bajaron a poblar la fértil vega donde entonces confluían tres ríos. Y la convirtieron en un núcleo importante de la principal calzada que cruzaba Hispania desde Merita Augusta y Toletum a Tarraco para salir a Galia por Ampurias.
Miguel de Cervantes es su más ilustre vecino. Y a él dedican su gran plaza. Nació allí en 1547 y su casa natal ha sido "acondicionada" para mostrar como viviría entonces alguien como el ingenioso creador de El Quijote. Lamentablemente, lo que entonces vendía era el teatro. Y el creador del libro más publicado después de la Biblia, murió prácticamente en la indigencia.
Su mayor esplendor data de la época del reinado de los reyes Católicos. El cardenal Cisneros, confesor de la Reina Isabel, acabó de regente del reino antes de entregar el poder a Carlos I. Pero no solo mandó construir la catedral Magistral, dedicada a los santos locales Justo y Pastor, martirizados en 305.
El primer campus del mundo
Hombre visionario, consiguió la bula papal para fundar en 1499 la tercera Universidad en España. Tenía, además de las aulas y bibliotecas preceptivas, residencia, hospital y cárcel propios. Se trata de la primera ciudad universitaria planificada del mundo. Por sus aulas pasó lo más granado de nuestra literatura del siglo de Oro: incluidos a Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón. El indómito Quevedo, al que anteriormente habían echado de Salamanca y Valladolid frecuentó la cárcel universitaria.
En su inigualable Paraninfo con ese techo artesonado de película, cada 23 de abril, con boato y esplendor, los reyes de España entregan el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras en español.
La calle Mayor, la más larga con soportales a ambos lados de toda España nos retrotrae a la Edad Media. En ella habitaban los comerciantes judíos, con sus comercios abajo y las viviendas en la primera planta. Una pujante judería de hasta 5.000 habitantes -antes de su expulsión por los Reyes Católicos en 1492-.
En Alcalá no tienen canteras. Así que son expertos en reutilizar las piedras de anteriores construcciones. Como evidencian las columnas romanas de los soportales. También las piedras de las murallas fueron reutilizadas. A pesar de todo, sobreviven, ahora protegidas, lienzos de las murallas medievales y 16 torres.
Un "must" de Alcalá
Visita obligada es el Corral de Comedias, uno de los más antiguos de Europa. Transformado posteriormente en coliseo neoclásico, teatro romántico e incluso cine antes de intentar derribarlo, se ha recuperado con mimo. Quedan algunos "aposentos" en el piso alto, donde se haría de todo menos seguir la función. Aún funcionan sus barriles para efectos especiales como vendaval, granizada o golpeteo de caballos al galope.
Podemos organizarnos la visita por nuestra cuenta. En la oficina de Turismo en la plaza de Cervantes nos darán planos y folletos para confeccionar nuestro propio recorrido.
Recomendamos contratar una de las múltiples visitas guiadas desde esa oficina. Nosotros hicimos la de Patrimonio, que sale a las 11:30 de martes a domingo y dura dos horas y media. Nos sumerge de forma amena y completa en la cultura y la historia de Alcalá. (11 euros, solo en castellano).
Hay otras visitas temáticas de menor duración (la Alcalá de Cervantes, Alcalá histórico o la universidad).
Si tenemos poco tiempo, en el convento de la Madre de Dios se encuentra el museo Arqueológico de la Comunidad de Madrid. Allí podemos hacer un recorrido desde la prehistoria (fósiles), a los romanos (mosaicos), elementos de la cultura medieval hasta la época industrial.
La calle Mayor, paraíso del tapeo
De cualquier forma, en Alcalá no se disfruta solo de su cultura y monumentos. Hay que hacer hueco y comportarse como los complutenses (que no "alcalaínos"): tapear por la calle Mayor al igual que sus más de 30.000 estudiantes universitarios. De vuelta, podemos llevar dulces típicos, pues Alcalá, como corresponde a una ciudad cruce de caminos no dispone de especialidad culinaria propia. Yo recuerdo con especial ilusión de mi época de estudiante El Índalo. Cañas con tapa.
Cómo llegar
Alcala de Henarés se encuentra a unos 35 km de Madrid. Los trenes de Cercanías que unen el centro de Madrid con Alcalá son los de la Línea C2. También hay autobuses desde Avenida de América (Línea 223). Si vamos en coche, cuidado. La A2 y las carreteras que la rodean sufren atascos a cualquier hora.