París es la ciudad del amor por excelencia y un popular destino turístico. Así, gracias a su capacidad para influir en la moda, el arte y la cultura de todo el mundo, la capital francesa atrae cada año a millones de personas. Y no solo a turistas, sino a mucha gente que la elige para mudarse allí.Pero, ¿cómo es realmente vivir en París? Para sus habitantes, la ciudad conserva costumbres, tradiciones y lugares secretos que la hacen única y sorprenderán incluso a quienes decidan vivir en ella. En este artículo, veremos las curiosidades que descubre un extranjero al comenzar su vida parisina.
Lugares en París
Rincones secretos
La magia de París no se limita a sus monumentos más famosos. De hecho, hay muchos lugares ocultos y fascinantes como:
- Las catacumbas, un auténtico laberinto subterráneo que contienen los restos de más de seis millones de personas que fueron trasladadas aquí entre los siglos XVIII y XIX a causa de la saturación de los cementerios. Con sus pasillos decorados con huesos, ofrecen una vista muy especial de la ciudad.
- Le Jardin de Rosiers, una especie de jardín secreto situado en el corazón del Marais. Con sus rincones sombreados y sus caminos empedrados, es un lugar de refugio del bullicio de la ciudad. Pero lo que la hace especial es su historia: durante la Segunda Guerra Mundial fue uno de los lugares donde los habitantes del barrio salvaron de la deportación a muchos niños judíos.
- Les Arènes de Lutèce es un anfiteatro romano que podía albergar hasta 15 000 espectadores. Aunque hoy queda una pequeña parte, los parisinos lo utilizan como punto de encuentro, formando así una especie de puente entre el pasado y el presente.
Una historia esculpida
Se dice que en París hay más estatuas que habitantes... Si bien es evidente que no es el caso, entre las obras de arte repartidas por la ciudad es posible encontrarse con:
- Personajes históricos, como Juana de Arco, que aparece en varias versiones.
- Artistas y escritores, como Voltaire, cuya estatua se alza digna en el barrio Latino.
- Criaturas mitológicas, como ninfas y sátiros, adornando fuentes y jardines.
- Acontecimientos trágicos o heroicos.
En definitiva, a través de sus estatuas, París celebra, narra y, en muchos casos, invita a la reflexión: un museo al aire libre que espera a ser explorado.
Vida cotidiana
Curiosidades sobre la vivienda en París
Al pasear por París, es posible que te fijes en las fachadas ornamentadas con balcones de hierro forjado y tejados abuhardillados. Este estilo, deseo de Napoleón III y obra de su prefecto Georges-Eugène Haussmann a mediados del siglo XIX, transformó el aspecto de la ciudad. Incluso hoy, las normas de construcción exigen que todos los edificios tengan la misma altura y estilo, lo que contribuye a la armoniosa estética de la ciudad. Alquilar en París también guarda sorpresas. De hecho, la ciudad es conocida por sus chambres de bonnes (habitaciones de servicio): pequeñas estancias situadas en los últimos pisos de los edificios históricos destinadas precisamente al personal de servicio. Ahora, muchos se han convertido en estudios, que suelen estar a disposición de estudiantes o jóvenes profesionales para su alquiler. A pesar de su reducido tamaño, el alquiler puede resultar sorprendentemente caro, dada su ubicación (normalmente céntrica) y la gran demanda.
Alimentación y relaciones sociales
La cultura alimentaria y las relaciones sociales son el centro de la vida cotidiana en París. Veamos las tres principales características de este ámbito:
- La barra de pan o baguette, símbolo de la cocina francesa y ritual cotidiano de los parisinos. Este pan largo y crujiente suele comprarse fresco cada día, y verlo salir de la bolsa de la compra o de debajo del brazo de alguien que camina por la calle es una escena típica. La calidad de una baguette es a menudo tema de discusión, así que muchas personas tienen su boulangerie favorita a la que son fieles.
- Los cafés de París son algo más que lugares donde tomar algo. Son extensiones del salón, lugares donde la gente lee, reflexiona, charla o simplemente ve pasar la vida. Ya sea para tomar un café crème por la mañana o un verre de vin por la noche, estos bares ofrecen un respiro en la ajetreada vida de la ciudad. Aquí, el tiempo parece ir más despacio, y el hecho de «tomar un café» es tanto un ritual como un momento de socializar.
- El bise, beso en la mejilla, es una costumbre muy arraigada en la cultura francesa. Este gesto amistoso es habitual cuando se reúnen amigos o familiares, y se utiliza en todas las ocasiones: no importa si nos vemos todos los días o si no nos vemos en meses. La cantidad de besos varía, aunque aquí lo habitual son dos (uno en cada mejilla). Sin embargo, en otras regiones de Francia, como Provenza o Saboya, puedes recibir tres o incluso cuatro besos. Y, aunque pueda parecer un reto para quienes no están acostumbrados, este acto es una sincera expresión de afecto y cercanía.
Eventos y festividades
La riqueza cultural de París no se limita a los grandes acontecimientos, como el 14 de julio (aniversario del asalto a la Bastilla en 1789). Algunas celebraciones menos conocidas a nivel internacional son igual de apasionantes:
- La Fiesta de la Música, que se celebra cada año el 21 de junio para marcar el comienzo del verano. Desde 1982, el evento transforma la ciudad en un gran concierto de muchos cantantes, músicos y bandas repartidos por todos los rincones, así como conciertos de distintos géneros en todos los barrios. Rock, blues, jazz... ¡Aquí hay sitio para todos los gustos!
- El «Pique-nique Blanc» o «Dîner en Blanc»: un acontecimiento anual en el que miles de personas vestidas totalmente de blanco se reúnen en un lugar público que se mantiene en secreto hasta el último momento. Los invitados traen su propia comida, bebida, cubiertos y mesas, e improvisan una elegante cena al aire libre. Este evento, que se originó en París en 1988, se ha extendido ya por todo el mundo, aunque el original conserva un encanto y una magia incomparables.
Conclusiones
La riqueza y variedad de la vida parisina es apasionante y asombrosa. Esta ciudad, con sus historias ocultas, tradiciones y peculiaridades, sigue fascinando y enamorando tanto a residentes como a visitantes. ¿A qué esperas? ¡Haz las maletas y ven a descubrir la magia de París!