Si quieres sorprender a tus visitas, a todos aquellos que van a verte a París durante tu etapa de estudiante, y quieres demostrar que no sólo sales por la noche o quieres lucirte en conocimiento, como si fueras uno de los participantes de los programas de Españoles en el Mundo, aquí te dejo curiosidades, datos sobre el París más insider, más allá de los crepes, los Campos Elíseos o el Museo del Louvre. ¡Quedarás como un auténtico entendido de los secretos parisinos!
A continuación te desgrano algunas de las curiosidades de París. Siglos de historia, con sus construcciones y destrucciones, han conformado una de las ciudades más bellas del mundo que no siempre fue como la vemos hoy. ¿Sabías que la capital francesa también tiene una Estatua de la Libertad?
- Antes de las reformas de mediados del XIX de Haussmann, la ciudad medieval contaba con laberintos de calles peligrosas, estrechas y poco saludables para una población hacinada. El filósofo Considerant describió París como "una inmensa fábrica de putrefacción donde la miseria, peste y enfermedad trabajan en concierto, donde la luz del sol y el aire rara vez penetran". Reponsable sólo al emperador Napoleón II, Haussmann expropió terrenos, construyó grandes avenidas, parques nuevos, fuentes y plazas públicas así como el alcantarillado y acueductos. Así se llegó al París que conocemos hoy.
La Torre Eiffel fue muy controvertida en su día. Considerada tan fea e inestable que la iban a desmontar tras la Expo de 1889. Al final, fue salvada en 1909 por su transformación como antena del incipiente radiotelégrafo. Hoy, es el monumento de pago más visitado del mundo.
Pocos saben que la Catedral de Notre Dame fue salvada gracias a Victor Hugo y su "Jorobado de Notre Dame". Convertida en fábrica de pólvora durante la revolución francesa, a principios del S.XIX estaba tan deteriorada que querían usar sus piedras para construir puentes. Al fin y al cabo el arte gótico se consideraba grotesco y vulgar, un insulto en la era post ilustración. Por ello, los primeros capítulos de la novela de 1831 son un panfleto para preservar ese "magnífico libro de piedra" dotándolo de una narrativa que emociona a todo el pais. Con el apoyo popular, su restauración empieza en 1844.
Catacumbas: sólo admiten 200 personas por turno para recorrer unos claustrofóbicos 1,5 km durante 45 minutos, 130 peldaños bajo la calle a 14 grados. Osario creado en el siglo XVII en las canteras de piedra caliza (pierre de Paris) medievales siguió creciendo con los traslados de huesos de otros cementerios. Innumerables cráneos, tibias y fémures forman las paredes. Bóvedas y galerías fueron reforzadas y dotadas de nueva iluminación en 2005. (29 euros por internet para evitar las colas, 13 euros en taquilla).
Cementerio Pere Lachaise: la necrópolis más prestigiosa y visitada de París debe su nombre al confesor de Luis XIV. Esta mezcla de camposanto y parque inglés de 44 hectáreas y 70.000 tumbas invita al recogimiento mientras se visita. Aquí está enterrada, bajo todo tipo de estilos arquitectónicos, gente tan ilustre como Balzac, Chopin, Moliere, Edith Piaf, Oscar Wilde o Jim Morrison.
Museo de Cluny: Aloja en sus dos plantas una de las mejores colecciones de arte y artesanía medieval del mundo. Por si la colección fuera poco, está construido sobre las termas galo-romanas (siglos I-III) y el palacete de los abades de Cluny (siglo XV), rodeado por los jardines de inspiración medieval. No hay que perderse los tapices de la dama del unicornio, las vidrieras originales, y la orfebrería. También dan conciertos de música medieval cada semana.
Estatua de la libertad. Copia a menor escala donada por los estadounidenses a los franceses (que les habían donado la original tres años antes). Luce en el puente de Granelle, sobre el Sena.
El Panteón: contiene las tumbas de eminencias francesas como Victor Hugo, Marie Curie, Dumas o Voltaire entre otros. Pero sobre todo, vale la pena la visita por el Péndulo de Foucault. Aquí te dejo la intrahistoria: en 1851, Leon Foucault escogió este edificio por su altura y construyó un péndulo con una esfera de 28 kilos bronce, sujeto por un cable de 67 metros para finalmente probar la teoría galileana de la rotación de la tierra. Una ganga, los 2 euros extra para subir a la cúpula y admirar las vistas.
Rue Cremieux: una calle pintoresca de apenas 144 metros de largo con fachadas pintadas que dan un toque campestre a este entorno urbano. Debe su encanto a la iniciativa de sus habitantes de pintar los edificios con colores alegres y sacar las plantas a la acera para disfrute de paseantes, fotógrafos y blogueros. Hay que visitarlo antes de que los inquilinos se cansen de tanto instragrammer y tráfico peatonal.
Marché d'Aligre. Al lado del marché Beauvau (parte cubierta), se sitúa en una bella plaza (mañanas, salvo los lunes). Una parte se dedica a la alimentación: carnes, pescados, verduras y frutas frescas, conservas y especias... y otra a artículos de segunda mano, africanos... Los tenderos chapurrean una docena de idiomas, ofrecen probar quesos y aceitunas... Aquí lo difícil es volver sin comprar algo.
- Quartier Montorgueil. Al lado del mercado de les Halles, un viaje al París del pasado, con sus pequeñas calles peatonales cubiertas de adoquines. Entre los restos de la antigua muralla medieval, se pueden visitar algunos de los comercios más antiguos de París y después repostar en cualquiera de los modernos cafés y restaurantes tendencia.
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