Así que te interesa eso de controlar la economía doméstica… Pero no sabes ni por dónde empezar… Bueno, has caído en el lugar adecuado. Desde Spotahome no te vamos a decir cómo ahorrar (hoy no, al menos), sino que te vamos a dar algunas ideas sobre cómo llevar las cuentas de tu casa.
Porque saber cuánto te gasta y en qué te lo gastas es más que interesante. Es la base para poder ahorrar, si eso es lo que quieres, pero también para trabajar menos, si acaso puedes permitírtelo. Y se pone aún más interesante si compartes piso con otras personas; las cuentas comunes son una inagotable fuente de fricciones y cabreos en los pisos compartidos.
Antes de empezar: el consejo previo es ponerse serio y ser sistemático. Si lo vas a hacer en plan cachondeo o sólo te va a preocupar la primera semana, mejor ni te pongas. Tampoco se trata de convertirse en el Tío Gilito, todo el día contando céntimos, pero sí que hace falta un mínimo de compromiso.
El ABC del control económico doméstico
Lo primero es analizar la situación y hacernos una idea de cuánto gastamos al mes. A alguna gente le funciona muy bien destinar un lote fijo para gastos del hogar; se puede calcular basándote en tu experiencia o fijar una cantidad semanal y regularla si vemos que nos hemos pasado o nos hemos quedado cortos.
Si vives con más gente, crear un bote para gastos comunes suele ser lo más práctico. Facilita las compras y los pagos. Claro que requiere bastante disciplina y un férreo control de los más listillos del piso. Además, tiene que haber una persona encargada de pagar las facturas y llevar las cuentas. No es fácil, cuando hasta las croquetas vuelan…
Lo más pro es llevar un libro de cuentas con ingresos y gastos, con fechas y cantidades. Diferenciando los conceptos, claro; así sabrás lo que se va en pagar las facturas, lo destinado a comida, el rubro de gastos imprevistos… Lo más interesante es que podrás conocer tu cash flow (no, no tiene nada que ver con lo bien que rapeas…).
Los que saben de esto diferencian los gastos en tres grandes montones (no los llaman montones, claro, eso es cosa mía):
- Gastos fijos: pues eso, fijos, no se pueden eliminar. Y no cambian. El alquiler es el más evidente, y a veces el único, aunque puede haber otros (una pareja que se acopla para la cena de forma perenne podría entrar aquí, si siempre gasta lo mismo).
- Gastos variables: son gastos que tampoco se pueden eliminar pero que varían. La mayoría de las facturas que no sean tarifa plana, o la lista de la compra, por ejemplo.
- Gastos prescindibles: son… pues todos los demás. Lo que te quitarías si no quedara otra. Aunque, reconozcámoslo, el concepto puede variar mucho de una persona a otra.
Si el papel, el lápiz y el ábaco y los dedos se te resisten, hay aplicaciones de móvil para controlar gastos a cholón. Fintonic, MyValue, Spendee… MoneyWiz te encantará si eres un maniático de las cuentas, y Cuentas Claras es ideal si sois varios en la misma casa. Bring! Es perfecto para la lista de la compra.
Ah, y guarda los papeles. Me refiero a las facturas, tickets y todo justificante de pago que se te cruce por delante. ¡Sobre todo si se refieren a gastos compartidos! Podrás llevar mejor tus cuentas, disminuir errores y pasárselo por los morros a los compañeros de piso que se resisten a aflojar la mosca…
Si por controlar entendemos reducir…
A partir de ahí podrás (o podréis) montar una estrategia. La que sea. Para descubrir gastos superfluos, para regañar al que siempre se retrasa pagando las cuentas comunes, para gastaros ese sobrante que os queda cada mes y que se convertirá en una opípara cena a base de pizza y cerveza…
A lo mejor (es incluso probable) ya sabes de sobra lo que gastas, cuándo y cómo lo gastas, y lo que quieres es gastar menos… Eso es harina de otro costal. Para eso conviene hacerse un presupuesto. O sea, como el libro de cuentas de antes, pero para el futuro. Estimando gastos e ingresos e identificando los gastos superfluos podrás reducir de aquí y de allá…
Hazte a la idea de que ahorrar en torno al 30% de tus ingresos es una marca estupenda, según los expertos, y que siempre debería quedarte un sobrante del 10% como mínimo, por si surge algún imprevisto aparte de los habituales. Son cifras orientativas, pero sirven para hacerse una idea.
Si te está molando el tema, te dejo aquí un post estupendísimo del blog de Consumer (sí, el super; tienen un blog que se te va la olla de bueno) con otros 14 blogs interesantes sobre economía doméstica. Pero ojo, que esto de la contabilidad doméstica es adictivo. Hay quien empezó así de broma y terminó de contable de verdad. Qué escalofrío…
Además, en Spotahome tenemos otros posts interesantes sobre autogestión financiera o, dicho de otra forma, para llevar bien las cuentas y ahorrarse unas perrillas:
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- Transforma tu Casa con Presupuesto de Estudiante
- Las Mejores Cuentas Bancarias para Estudiantes en España