Hoy es el día mundial de los abuelos y creo que cualquier homenaje es insuficiente para agradecer todo lo que han hecho por nosotros. Es la figura más desinteresada y altruista de la familia. Los abuelos reparten a partes iguales sabiduría, experiencia y cariño. Un cariño ciego que les lleva a consentir a los nietos pero también a cuidarlos las 24 horas / 7 días a la semana. Es decir, siempre que haga falta. Seguramente todos tengamos anécdotas con nuestros abuelos, mimándonos, así como dándonos consejos vitales, que no olvidaremos jamás y que sin darnos cuenta los hayamos puesto ya en práctica más de una vez. Ni la mejor empresa de asesoría ni un gurú te van a dar mejor consejos que tu abuela. Eso es así.

Pero, ¿alguna vez te has planteado compartir piso con personas mayores?

En España cada vez se tienen menos hijos por lo que muchas personas mayores se están quedando lógicamente sin la posibilidad de ser abuelos. De hecho, hay casi 2 millones de personas, mayores de 65 años que viven solas en España (siete de cada diez son mujeres). Ante este 1,9 millones de personas que viven en soledad, cada vez más los que deciden lanzarse a compartir su piso.

Este homesharing está de moda ya en países como Australia, Alemania, Canadá Francia o Reino Unido. Y lo curioso es que no se comparte piso entre personas mayores, sino que resulta muy enriquecedor que sea entre un joven y un anciano. Este extraño tándem está lleno de ventajas. El mayor ya tiene tranquilidad económica, pero no el vigor, por ejemplo, para ir todos los días a la compra o hacer todas las tareas del hogar. Mientras que el joven (en la mayoría de países anteriormente citados suele hacerse durante el periodo universitario) tiene toda la energía del mundo pero aún no tiene un trabajo fijo, ni estable ni que permita ser independiente al 100%. Además, la persona mayor, evita algo que muchos temen: la apatía de terminar en una residencia de ancianos. Un asilo con gente que esté peor, más mayor y sin esas ganas de vivir tan propias de la juventud.

Sin embargo, en la mayoría de reportajes y artículos que se han escrito al respecto, lo que más se destaca es el tiempo de calidad que pasan juntos estos sorprendentes compañeros de piso. El bolsillo es importante, de eso no hay duda y más con los precios de las viviendas en las grandes ciudades. Pero suelen remarcar lo que aprenden el uno del otro. Hasta tienen ganas de llegar a casa para ver si están.

En Spotahome ya han puesto este “experimento” en práctica. Algunas de las casas que ofrecen, son para compartir con gente mayor. Es una forma idónea de luchar contra la soledad y la precariedad juvenil, así como  un completo y nuevo estilo de vida para las grandes urbes.

Yo tuve la suerte de vivir mucho tiempo con mi abuela y sinceramente, soy más sabia y empática por ella.

Aquí puedes encontrar algunos ejemplo de casas para compartir con mayores en Spotahome:

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