Cómo Romper con tu Compañero de Piso
Texto por Sabrina Andrea Sachs – Traducción de María de los Ángeles Morales
Romper es difícil.
Punto y aparte.
Exactamente igual que ocurre con el amor, hay dos escenarios: una ruptura compartida y civilizada o una violenta e irracional.
¿Qué tipo de ruptura estás buscando?
Todos hemos pasado por algo parecido y por eso hemos preparado esta guía para romper con tu compañero de piso sin tiraros los trastos a la cabeza.
¿Es solo una fase o se ha acabado de verdad?
Exactamente igual que ocurre en el amor, tienes que alejarte un poco de la situación para comprender si que estés pasando por un mal momento con tu compañero de piso es tan solo una fase o si el compañerismo de compartir alojamiento se ha terminado para siempre.
¿Está él o ella pasando por un momento especialmente estresante en sus estudios o trabajo? ¿O eres tú? ¿Acaba de quedarse sin trabajo? ¿Tiene problemas familiares? Antes de tomas cualquier decisión drástica, debes tener en cuenta todas las circunstancias que rodean su vida.
Vale, realmente se ha terminado
Si tienes claro que de verdad se ha terminado, quedad un día. Una reunión cara a cara en la cocina o en una cafetería donde poder explicarle tu decisión y los motivos. Nunca, nunca rompas con tu pareja o compañero de piso por teléfono (como aquel imbécil de mi ex), con una nota, un mensaje o por Whatsapp. ¡Que no somos adolescentes!
Al hablar en persona, quizás puedas darte cuenta de otros aspectos o puntos de vista que no tuviste en cuenta y, en algunos casos, incluso algunas soluciones.
No lanzar acusaciones
Al igual que en las relaciones de pareja, no hagas solo acusaciones. Sé consciente de tus propios errores y, si es posible, utiliza fórmulas como “Sé que tengo costumbres y hábitos de limpieza muy raros” en vez de “Nunca quitas los pelos de la bañera y es asqueroso” o “La verdad es que ya no puedo permitirme seguir viviendo aquí” en vez de “Estoy hasta XXXXXXX de pagarte las facturas”.
Esto no es el final
Recuerdo que en Londres viví con un tipo que era la persona más sucia y desordenada que he conocido en mi vida. Él comía en su habitación y vivió durante semanas entre platos sucios y ollas alrededor de su cama. Durante el año que compartimos piso, nunca lo vi lavando un plato o un tenedor. Después de un tiempo me fui y nunca volví a pisar ese piso. Sin embargo, nos encontramos a menudo e incluso ahora, 10 años después, seguimos siendo muy buenos amigos. Nunca iría a su casa a almorzar o cenar, pero con mucho gusto quedo con él para tomar un café o una cerveza en un pub. Esto quiere decir que algunas personas pueden no ser adecuadas para vivir con nosotros, pero fuera pueden llegar a ser los grandes amigos que alguna vez discutieron de una manera pacífica y madura y llegaron a salvar su amistad después de todo. ¿Por qué no? Es bueno tener amigos y no es buena idea aislar a la gente por motivos tontos.
Dale tiempo
Tú también has pasado por allí y sabes cuánto tiempo y trabajo cuesta encontrar la casa perfecta para alquilar. Así que sé amable y dale a tu compañero de piso al menos 30 días, incluso más si quieres quedar bien y ser realmente amable.
Si eres tú el que recibe el aviso, asegúrate de que se cumplen todos los acuerdos formales respecto al alquiler y de que te da suficiente tiempo para encontrar un piso nuevo o a otro compañero de piso.
Seguir en Contacto
Si valoras la amistad de tu compañero de piso, esfuérzate en seguir manteniendo el contacto. Si hay problemas con el tema de su mudanza o por haberle echado, mantente un tiempo alejado. Lo más probable es que esa incomodidad acabe desapareciendo con el tiempo, una vez que ambos os deis cuenta de que podríais ser los peores compañeros de piso del mundo, pero también los mejores amigos.
PD: Incluso si de verdad odias a tu compañero de piso, recuerda enviarle al menos una tarjeta de navidad o por su cumpleaños, aunque sea solo un mensaje de texto o una llamada.
Romper con un compañero de piso no es ni fácil ni divertido. Pero si sigues esta sencilla guía paso a paso, seguro que os vendrá muy bien a ambos.