Cómo reducir el consumo energético de tu vivienda
Hay muchos motivos por los que buscar reducir el consumo energético. El primero de ellos debería ser el medioambiental, porque la ciencia hace años que viene advirtiendo de que, para un desarrollo sostenible, es necesario hacer un consumo también sostenible. Y en ello la energía tiene mucho que ver. El segundo, dada la coyuntura internacional, tiene que ver con el encarecimiento de los precios de la energía. Por eso, en Spotahome hoy queremos desgranarte algunos trucos para que ahorres a final de mes en tus facturas de suministros pero, sobre todo, para que contribuyas a que los seres humanos puedan seguir disfrutando de este maravilloso planeta durante mucho tiempo.
Limitar el consumo de los electrodomésticos.
De primeras, es importante contar con electrodomésticos que tengan la etiqueta energética A+ o superior (A++ o A+++ en este caso), con un índice de eficiencia mayor y con un menor impacto medioambiental. Asimismo, limitar el consumo de determinados aparatos como el horno o la secadora es clave, debido a la alta cantidad de energía que necesitan para funcionar. Con otros como la lavadora puedes ahorrar energía procurando lavar a temperaturas más bajas y asegurándote con regularidad de que los filtros estén limpios –también los del aire acondicionado–.
Comparar tarifas de luz.
Aunque a priori pueda dar un poco de pereza, no está de más estar pendiente de los precios de la electricidad según la distribuidora. Desde luego, es un tema complejo, dada la cantidad de factores que entran en juego –la generación, el transporte, la comercialización, la regulación…–, pero dedicarle un rato a saber cómo funciona el mercado eléctrico puede ahorrarte una cantidad de dinero considerable. También hay apps que ayudan a controlar los precios de la electricidad desde tu propio móvil. En España está redOS, que es la aplicación gratuita de la Red Eléctrica.
Evita el consumo fantasma.
Hay electrodomésticos que cuando están en stand-by pueden consumir incluso más que cuando están activos. Esto es lo que se conoce como consumo fantasma o silencioso, advierten desde las propias eléctricas, y podría costarnos entre 5 y 10 euros cada mes. Entre los aparatos que más participan de este derroche fantasma se encuentran el microondas, la televisión o los ordenadores.
Estar al tanto de la luz.
Antes de que llegaran las luces LED, el pico del consumo en el gasto se producía al encender los interruptores. Aun así, no es excusa para dejarlas encendidas porque, como es evidente, seguirás gastando sin necesitarlo. Estar pendiente de la luz también tiene que ver con aprovechar la luz natural, que se puede hacer de muchas formas, desde utilizar colores claros y neutros –que generan espacios con más luminosidad– hasta contar con espejos o puertas con cristales para que los rayos de luz fluyan por la casa.
Aprovecha el calor al máximo.
Al apagar determinados aparatos como la placa vitrocerámica o el horno, estos no pierden calor de forma instantánea, por lo que no está de más aprovecharlo. Parece muy evidente pero son pequeños detalles que a fin de año pueden haberte ahorrado unos cuantos euros. Y para aprovechar el calor también puedes colgar prendas que necesites planchar en el cuarto de baño mientras te duchas, porque el vapor del agua podrá ahorrarte algún que otro planchado.
Cuidado con la temperatura del hogar.
Una vez superado el invierno, uno empieza a preocuparse más por el aire acondicionado que por la calefacción. El asunto es que, sea como sea, el gasto para acondicionar la temperatura de nuestra casa es siempre uno de nuestros mayores quebraderos de cabeza en el consumo energético. Para ello es importante contar con termostatos digitales que midan por nosotros la temperatura del hogar y, cómo no, la regulen automáticamente en función de nuestras necesidades de calor, que en invierno, por ejemplo, nunca deberían estar por encima de los 23 grados.
Considera otras alternativas.
En Spotahome ya te hablamos sobre cómo la construcción de viviendas sostenibles estaba en auge. Así, energías alternativas como la fotovoltaica o la biomásica pueden ser muy interesantes para determinados tipos de hogares. La inversión inicial suele ser más costosa que con otros medios convencionales, pero a la larga se rentabilizan y son más beneficiosas, tanto para tu bolsillo como para el medioambiente. Además, muchas administraciones públicas suelen incentivar su instalación a través de subvenciones, por lo que el autoconsumo es una opción muy atractiva para cada vez más personas.