Una de mis mejores experiencias vitales fue la de conocer en Brasil a un tipo sumamente interesante; músico, director, viajero… Bueno, el caso es que este tipo (al que hoy tengo la suerte de llamar amigo) me llevó a casa de otro tipo en las sierras cercanas a Río de Janeiro. Fue mi primer contacto con una casa eco friendly.

Aquella casa era una casa ecológica de verdad, desde el diseño a los materiales empleados, pasando, por supuesto, por el tipo de vida que se hacía allí. En Spotahome no nos vamos a poner extremos, porque hoy se trata de saber qué podemos hacer para hacer nuestra casa lo más ecológica posible partiendo de lo que tenemos (que no ayuda mucho, ya veréis).

Primero, ¿sabemos qué es eco friendly? Sencillamente, la forma anglosajona de decir “amigable con el medio ambiente”. Una definición rápida para no perdernos en etiquetas de esto vendría a ser cualquier persona o cosa (en este caso, nuestra casa) con el menor impacto ecológico posible. O sea, como ni se notara que hemos pasado por aquí.

Hacer que tu casa pueda ser considerada eco friendly pasa por disminuir significativamente tus consumos de energía, suministros superfluos y los desechos que generas. Es un excelente principio. Pero eso no es todo. ¿En qué consiste, entonces? Tranqui, impaciente, que ahora te lo explicamos.

Piensa por ti mismo, piensa en los demás

Si nos ponemos estrictos, para que una casa sea de verdad eco friendly habría que partir de cero, empezar por los cimientos. Existen por ahí numerosos manuales de arquitectos que saben lo que se hacen y mucha otra información procedente de experiencias personales. Claro que es un proyecto de bastante envergadura.

En este post, más humildes, nos vamos a confirmar con enseñarte algunos ejemplos de gente que hace lo que puede y que nos van a servir de moraleja: no hace falta convertirse en ecotalibanes; basta con tener claras unas pocas ideas y procurar aplicarlas con cierta coherencia y rigor para aportar lo que podamos y reducir nuestro impacto.

¿Qué ideas? Básicamente, este puñado:

  • La energía es la madre del cordero. En torno a la cuestión de la energía (y del agua) gira la mayor parte del problema, y será tu principal campo de batalla.
  • Reduce tu consumo. No se trata tanto de reciclar como de no consumir. Esto tiene que ver con los envases de plástico, pero también con la energía y los recursos básicos como el agua.
  • Piensa por ti mismo. Es fácil de decir, pero la propaganda cala hondo en nuestros pobres espíritus. Eso, y el juicio del prójimo. Tú, mucho sentido común; pensar por uno mismo es pensar en los demás.

Con esto en mente, y aunque siempre sería mejor que te fueras a vivir con los esquimales (para qué engañarnos), puedes adoptar esos famosos pequeños (y no tan pequeños) gestos que ayudan a gastar menos, lo que significa echar un poco menos de grasa a la rueda del consumo y un poco menos de plástico al mar.

Los pequeños gestos lo son todo

La energía, decíamos, es lo gordo del asunto. La calefacción es el trozo más grande del pastel. Para no gastar mucho (no es por tu bolsillo, es por el planeta) es importante un buen aislamiento y temperaturas juiciosas; si no tienes juicio, 21 grados es lo idóneo, pero nadie se muere viviendo entre 15 y 30 grados. Aprovecha el sol (olvida la secadora) y plantéate instalar sistemas de calefacción eficientes.

En cuanto a consumibles, tira de sentido común. Puedes usar trapos o servilletas de tela y no de papel. Las bombillas, LED, y las pilas, recargables. Ponte un huerto en la azotea. No tires de la cadena cada vez que hagas pis (guarro tú, que me estás machacando el planeta). Y evita el maldito plástico; no sólo las bolsas, castiga el sobreenvasado con el látigo de la indiferencia, como poco.

Si reciclar mola, reutilizar mola mucho más; respetas el medio ambiente y te pones creativo a la vez. Da un nuevo uso y repara los materiales que se te rompan o estropeen y que encuentres para hacer tus propios muebles y decorar tu casa. Será una casa eco friendly, pero además será única.

Agudiza el ingenio para encontrar los mil trucos que reducen nuestro impacto ambiental:

  • Por plantas, un poco de oxígeno a mayores nunca está de más.
  • Ni grifos goteando, ni electrodomésticos en stand by.
  • Pasa de fibras sintéticas en tu hogar, vivan las fibras naturales.
  • A comprar, con bolsa de tela y carrito, como las abuelas ecofriendlis.
  • Si tienes que comprar un electrodoméstico, que tenga un buen rendimiento energético.
  • Usa el horno bien lleno y aprovecha el excedente como calefacción.

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Y tú, ¿cómo lo haces para ser eco friendly? ¡Anímate a comentar!