Texto por Sabrina Andrea Sachs - Traducción de María de los Ángeles Morales
Desde el momento de tu llegada, notarás que Lisboa es una ciudad de contrastes: la parte antigua de la ciudad, con sus edificios grises decorados con azulejos y calles empedradas, es completamente diferente a la nueva Lisboa, con su moderna arquitectura y su escena de arte funky. Si al igual que yo, estás obsesionados con las puertas antiguas, seguro que tendrás una sobredosis instantánea al llegar aquí.
Aquí están los 6 tipos de personas que deberían mudarse a Lisboa
1. Artistas Urbanos / Callejeros (y los fanáticos de los Grafitis)
Las calles de Lisboa son un museo de arte callejero al aire libre. En toda la ciudad encontrarás obras de arte urbano y grafitis realmente geniales. Lo mejor del arte callejero de Lisboa es que no tienes que ir muy lejos ni a los suburbios de la ciudad: hay auténticas obras de arte en el centro histórico de la ciudad.
En los últimos años, dos iniciativas importantes han impulsado el arte urbano local: en 2008, la fundación GAU (Galería de Arte Urbano) tuvo como objetivo regenerar el Bairro Alto. Y en 2010, se estableció el proyecto CRONO, cuando algunos de los mejores artistas internacionales llegaron a Lisboa para pintar su camino alrededor de la ciudad, incluyendo Momo, Blu, Sam3, Os Gemeos y Vhils.
(Si vives en Alemania y te encanta el arte urbano, tenemos 3 ideas de viajes para explorar lo mejor que el arte urbano tiene para ofrecer).
2. Adictos y Amantes del Café
Lisboa es el lugar perfecto para los adictos al café como yo, especialmente para los amantes de los cafés pequeños, bonitos e independientes, frente a las grandes cadenas internacionales. Lisboa, de hecho, está llena de estos pequeños tesoros e incluso si vives allí durante unos años, no podrías visitarlos todas.
Si te gusta el café tanto como a mí, asegúrate de moverte todo lo que puedas. Sé que es fácil enamorarse de uno o dos locales favoritos, pero asegúrate de buscar más: te sorprenderás de la calidad (y cantidad) de magníficas cafeterías que hay en Lisboa. Si trabajas de forma remota o eres un nómada digital como yo, entonces también te complacerá saber que, además de los granos de primera calidad, varios cafés cuentan con Internet de alta velocidad gratis (¡si quieres una guía sobre este tema, dínoslo en los comentarios a continuación del artículo!).
3. Los que siempre tienen hambre
En Lisboa, es imposible tener hambre, o mejor: es imposible permanecer hambriento más de 16 segundos, ya que encontrarás un restaurante increíble al lado del otro. Si tiene ganas de comer una típica pizza, comida portuguesa, mexicana o india, seguro que encuentras algo para llenar tu estómago y satisfacer tus papilas gustativas. El Mercado da Ribeira tiene un ambiente maravilloso y puedes probar muchos platos diferentes, como jugosas hamburguesas, marisco y sándwiches de carne. Y para el postre (o el desayuno o la merienda), debes probar los Pasteis de Nata, que son el regalo más delicioso de Lisboa a los dulces del mundo. La Antiga Confeitaria de Belem vende tartas rellenas de crema desde 1837 y merece la pena hacer cola.
4. Jinetes de las olas
Lisboa y Barcelona son las dos únicas grandes ciudades de Europa donde se puede surfear. En Lisboa hay varios lugares para elegir y encontrar la ola perfecta: Carcavelos, Bafureira, Praia do Guincho y Praia de Poca. Me dijeron que las mejores condiciones se dan alrededor de Ericeira y Peniche, un poco más lejos de Lisboa. El punto positivo es que se puede llegar fácilmente en tren a ambos.
Al sur de Lisboa, también hay buenas olas, en la Costa da Caparica, que es una larga playa de arena a tan solo 20 minutos del centro de la ciudad.
5. Exploradores
Lisboa está muy bien conectada con el resto del país e incluso más allá. Para nosotros, los exploradores incurables, hay muchos viajes interesantes que se pueden hacer en un día.
Solo se tarda 43 minutos llegar a Sintra, que es una de las ciudades más románticas de Portugal. Inspiró a escritores, familias reales y viajeros durante siglos y, hoy en día, hay muchos lugares increíbles que visitar y también algunas delicias que saborear. A solo media hora de la capital, Cascais es uno de los pueblos con más encanto de Portugal. Este pueblo de pescadores se convirtió en lugar de reunión para nobles, ya que fue hogar de todos los reyes exiliados o incluso sus residencias de vacaciones. Pero en la actualidad, Cascais es un imán en verano, famoso por sus hermosas playas, las comunidades náuticas y las decenas de magníficos restaurantes. Si quieres ir un poco más lejos, Oporto, la ciudad que dio el nombre a todo el país, es bien conocida por su centro histórico y es la segunda ciudad más grande e importante del país. Es el destino perfecto para una escapada de fin de semana, tiene mucho que ver y hacer.
6. Ratones de biblioteca, historiadores y gente cultivada
En Lisboa, puedes tener literalmente una sobredosis de arte, historia, música, literatura y arquitectura: desde la Ópera de Sao Carlos hasta el fabuloso arte del Museo Gulbenkian y la Colección Berardo o interminables festivales de música al aire libre durante el verano. Y si eres amante de la arquitectura, asegúrate de visitar la Torre de Belem, patrimonio de la UNESCO, el Acueducto de Águas Livres y el Pabellón de Portugal.
En otras palabras, Lisboa es el lugar perfecto para todos a los que les gustan las altas temperaturas durante todo el año, la comida increíble, los lugares de interés cultural y el océano. La ciudad tiene el tamaño perfecto para perderse a pie (especialmente en la parte antigua); la repostería y la comida en general son estupendas; las playas son perfectas para ponerte moreno y la gente es súper amable.
Yo me voy a Lisboa, ¿nos vemos allí?
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