Las 10 (+1) acciones que te harán ahorrar en la factura de la luz (y mucho)
El aumento de las facturas de suministros es un tema candente en la actualidad, estando presente en internet, en la televisión y en los periódicos. Muchas personas y empresas se han visto obligadas a pagar facturas que casi se han duplicado desde el año pasado.
Un problema aún mayor ha sido el de los alquileres en los que los gastos de agua, luz y gas están incluidos en la cuota mensual. Y es que a la hora de alquilar tu vivienda, existen diferentes formas de gestionar las facturas de los suministros con tus inquilinos.
La gestión de los suministros
Todo incluido
Esta modalidad es un reclamo que cada vez más arrendadores utilizan como gancho para alquilar su vivienda. Esta modalidad consiste en establecer una tarifa plana de suministros, independientemente del consumo de gas, agua y electricidad que haga el arrendatario. Dentro de esta modalidad, se pueden aplicar cláusulas como condicionar el aumento o disminución de la renta futura al consumo de los suministros o a alguno de ellos.
Gasto fijo establecido
La mayoría de las veces, el arrendador establece una cantidad fija al mes para cubrir los gastos de las facturas, pero si los inquilinos superan esta cantidad, tendrán que abonar la diferencia al arrendador. Muchos propietarios, al no haber ajustado el gasto mensual de los alquileres al aumento de la energía, se encuentran ahora pagando facturas de cantidades desorbitadas, ganando poco o nada con el alquiler de su vivienda.
Suministros no incluidos
El arrendador, como titular del contrato de suministro recibe las facturas a su nombre y posteriormente, las envía al inquilino para que abone el importe. Aunque este proceso puede ser un poco más tedioso que los demás, muchos arrendadores apuestan por él. Otra opción es la domiciliación de recibos a nombre del propio inquilino, opción poco habitual en arrendamientos de corta o media duración; por ejemplo: temporada de verano, curso escolar, etc.
Independientemente del sistema que acuerdes con tu inquilino para pagar las facturas de los suministros, existen algunas acciones que pueden ayudar a reducir el consumo de electricidad en tu vivienda. A continuación, te revelamos 11 acciones que harán que tu factura de la luz baje:
1. Examina los tramos horarios en los que el precio de la electricidad es más bajo
Si dispones de una tarifa de mercado regulado PVPC (Precio Voluntario al Pequeño Consumidor), informarte sobre los diferentes tramos, franjas horarias y sus correspondientes precios puede ayudarte a ahorrar dinero, aunque dependerá por supuesto del tipo de contrato y las condiciones que tengas con tu proveedor.
La mejor manera de saber el precio de la luz por horas y por lo tanto las horas de luz mas baratas de cada día es visitar la página web de la Red Eléctrica Española, la cual actualiza cada día cuáles van a ser los distintos precios. Te la adjuntamos en este enlace.
Que nuestros inquilinos estén bien informados sobre las condiciones de nuestra tarifa y los diferentes tramos horarios y sus precios, podrá ayudar a que adapten las horas de consumo energético con las horas cuyo precio es más económico.
Y es que utilizar los electrodomésticos con mayor consumo energético (lavadora, vitrocerámica, plancha, horno, etc.) durante los periodos más económicos influirá muy positivamente en nuestra factura, siendo esta la opción más recomendable.
Mantener una buena relación con tus inquilinos es esencial en cualquier alquiler, esto favorecerá la comunicación entre ambos en cualquier tipo de situación.
2. Investiga otras tarifas o compañías que se adapten mejor a tus necesidades
Una buena manera de ahorrar dinero en tus facturas es elegir la compañía adecuada, ya sea un contrato en el mercado libre o mercado regulado. Para ello, puedes realizar una búsqueda en internet y comparar precios, o directamente pedir información en las oficinas de tu ciudad para encontrar un mejor precio.
Es importante leer la letra pequeña del contrato de tu tarifa antes de firmarlo, pues muchas compañías basan sus ofertas en promociones temporales que tras acabar ese periodo los precios suben de manera considerable, o están condicionadas a la contratación de cualquier otro servicio, ya sea mantenimiento, servicio de reparaciones, o de cualquier otro tipo, pues estos servicios se abonarán a parte y harán incrementar tu factura anual.
3. Planifica una reforma de tu piso para mejorar el aislamiento
El Gobierno español con el fin de satisfacer las necesidades y exigencias de sus ciudadanos,en octubre de 2021, publicó en el BOE el Real Decreto-ley 19/2021 por el que se regulan las deducciones del IRPF para aquellas actuaciones de rehabilitación energética en edificios y viviendas, con el objetivo de mejorarlas desde el punto de vista energético.
Todos los trabajos de mantenimiento que impliquen el aislamiento y la modernización de sistemas internos como calderas, radiadores y calefacción por suelo radiante son, sin duda, una buena forma de ahorrar dinero a final de mes en las facturas de electricidad y gas.
Una opción muy popular es el aislamiento térmico, que permite aislar la casa en invierno y en verano, de modo que se puede reducir el consumo de electricidad y gas. De hecho, una casa bien aislada, tendrá sin duda menor dispersión de frío y/o calor, por lo que no tendremos que utilizar más calefacción que la estrictamente necesaria.
Puedes consultar en la web oficial de la Agencia Tributaria las bonificaciones disponibles.
4. Apuesta por electrodomésticos de bajo consumo
Tanto si estás pensando en alquilar tu casa como si actualmente la tienes ya alquilada, decidir con qué tipo de electrodomésticos equipar la casa es muy importante. La elección de estos productos puede desempeñar un papel crucial en las futuras facturas de electricidad.
Los electrodomésticos antiguos, con clases energéticas muy bajas, ya no son recomendables. De hecho, estos pueden hacer que tu factura, ya de por sí incrementada a lo largo de 2022, se dispare. Para evitarlo, es importante elegir electrodomésticos de clase A+, A++ o superior, lo que sin duda puede suponer un gran ahorro a final de mes.
Por lo general, este tipo de aparatos son más caros que otros con categorías inferiores, pero sin duda son inversiones iniciales que en el futuro reducirán considerablemente el importe de la factura de la luz y, además, serán más sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
5. Utiliza la luz natural o iluminación de bajo consumo
Otra sencilla pero muy efectiva forma de reducir el gasto de luz es utilizar bombillas de bajo consumo en tu vivienda. Sustituir las viejas bombillas o lámparas de tu casa por productos más modernos de led o bajo consumo, siempre es una gran ventaja.
El gasto inicial puede asustar a algunos propietarios, pero el efecto positivo en tu factura está garantizado. El uso de bombillas de bajo consumo, especialmente las de led, ha hecho que desde hace varios años el consumo en iluminación se haya reducido de manera considerable en los hogares y comercios que las utilizan.
6. Paneles solares: una solución de ahorro
En muchas viviendas en España no es posible instalar paneles solares en los tejados. Esto se debe a que la normativa urbanística tiende a preservar la integridad de las viviendas, especialmente en los centros históricos de las ciudades.
Además, instalar paneles solares es una solución que no todas las viviendas pueden realizar, ya que los edificios sólo permiten colocarlas en la azotea o en áticos. Si tu comunidad decide colocar placas solares en la azotea de tu edificio, observaréis una reducción en el importe de las facturas de suministros de la comunidad.
Para los arrendadores que posean chalets o áticos y quieran instalar paneles solares, es una excelente opción, más aún si incorporan un acumulador de agua, lo cual supondrá un gran ahorro pues dispondrán de agua caliente durante la mayor parte del año a coste 0. Los paneles solares pueden ahorrar hasta un 80% de los costes de producción de agua caliente y hasta un 50% de los costes de calefacción, aunque dependerá de la superficie de dichas placas.
En pocos años, el ahorro en las facturas amortizará la inversión de los paneles solares.
7. Utiliza colores claros para pintar tu vivienda
No siempre hay que renovar, ni gastar mucho dinero para hacer que tu casa sea más eficiente energéticamente y poder reducir tus facturas.
Hay algunas mejoras que se pueden hacer invirtiendo poco dinero, pero con unos resultados notables, como pintar tus paredes con colores claros, lo que hará más luminoso el espacio interior de tu casa y por lo tanto, necesitarás menos luz artificial para iluminar tus estancias.
8. Sustituye tu termo eléctrico por uno de bajo consumo
Actualmente con el incremento del precio del gas natural y de la luz, muchas personas dudan en la elección de un termo eléctrico o una caldera de gas como sistemas para calentar el agua de su vivienda.
Si dispones de un termo eléctrico como sistema de agua caliente sanitario o estás pensando en instalar uno en tu vivienda te damos algunos consejos para reducir tu factura.
Elegir la capacidad del depósito será un criterio clave para el ahorro de energía. Debemos elegir la capacidad correspondiente para abastecer las necesidades de las personas que utilicen agua calentada por ese termo. Por ejemplo, para un uso de dos personas, sería un gasto innecesario colocar un termo de más de 100 litros, ya que con uno de 80 litros tendrán suficiente para sus necesidades y por lo tanto se gastará menos energía en calentar el agua.
Otro aspecto a tener en cuenta será la ubicación del termo en la vivienda, ya que cuanto más cercano se encuentre de lugar de suministro, más rápido obtendremos el agua caliente y por lo tanto, ahorraremos más agua. En cambio, cuanto más lejos esté, el agua necesitará hacer más recorrido para llegar y por lo tanto tardará más en coger temperatura, por lo que consumirá más electricidad y gastaremos más cantidad de agua.
9. Ajusta la potencia eléctrica para ahorrar energía
Muchas personas desconocen la potencia eléctrica que tienen contratada en su vivienda, suponiendo que la que tienen contratada es la que realmente necesitan. Esto no es recomendable, ya que en muchos de estos casos las viviendas tienen contratada una potencia por encima de la que necesitan, por lo que están pagando un mayor importe de manera innecesaria. La potencia es un coste fijo en el recibo que puede llegar a suponer hasta el 50% del total, por lo que, cuanta más potencia tengamos contratada, mayor será el importe que paguemos, independientemente de si la usemos o no.
Para saber que potencia tienes contratada, revisa tu factura de la luz en el apartado de "potencia contratada" y te indicará cuántos kW tienes para el periodo P1 y P3.
Para estimar la potencia que realmente necesitamos contratar, te proponemos tres formas diferentes:
- Probar una calculadora de potencia como la de Facua.
- Pedir asesoramiento a un técnico independiente.
- Realizar tu mismo el cálculo teniendo en cuenta las dimensiones de la vivienda y los aparatos eléctricos que hay en ella.
Con este ajuste podrás llegar a ahorrar más de 3 euros al mes por cada kW de potencia que reduzcas.
10. Aerotermia: una solución para tus facturas y el planeta
Este innovador proceso de climatización coge el aire frío exterior y lo transfiere al interior de la vivienda generando calefacción y agua caliente en invierno y refrigeración en verano, con un consumo eléctrico muy reducido.
¿En qué consiste? Las bombas de calor aerotérmicas toman la energía térmica o frigorífica del aire exterior y la transfieren a un fluido termovector que circula por el interior de las estancias, consiguiendo calentar o acondicionar los espacios de la casa.
Estos dispositivos también pueden combinarse con paneles solares externos para aumentar su eficacia. El uso de este sistema puede reducir el coste de las facturas especialmente en invierno. Una inversión que seguramente se amortizará con los años de uso.
11. Adoptar buenos hábitos en tu día a día
Es importante tener en cuenta las luces que están siempre encendidas, como el televisor o ciertos electrodomésticos. En estos casos, preparar un enchufe con un interruptor específico para un aparato permite desconectar la corriente y no desperdiciar energía.
Existen muchos buenos hábitos a incorporar en la cocina, como aprovechar el calor residual del horno cuando cocinas. De esta manera, si estás cocinando por ejemplo, un pollo con verduras, puedes apagar el horno entre 5 y 10 minutos antes de que esté listo y aprovechar el calor generado. Además, si tu horno posee dos baldas, puedes aprovechar para cocinar otra comida aparte y usarla para comer otro día.
Por otro lado, mantener abiertos durante mucho tiempo la nevera y el congelador es una mala práctica, ya que pierden frío y tendrán que gastar energía para volver a generar la temperatura en el interior. Para ello, te aconsejamos pensar qué alimentos quieres coger de ambas antes de abrirlas. Utilizar el fogón del tamaño de la sartén o utilizar la tapa para calentar o hervir agua, son otras buenas prácticas que contribuirán a disminuir el consumo.
Actualmente cada vez más inquilinos buscan viviendas energéticamente eficientes, y es que el alquiler de vivienda sostenible es una tendencia en auge. Por lo tanto, corresponde a los propietarios intentar que su alojamiento sea moderno y eficiente desde el punto de vista energético.
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